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“De cabecera” libro físico y virtual. Por Caralvá

Caralvá

Intimissimun

“de cabecera” parece un arcaísmo, una palabra que tiende al desuso por ejemplo: barrundos, poterna, alabardero, ensimismóse, aguamanil, damero, jubón, hachones, víle, veronal, fosco, colodio, zapallo, aquisescencia, pastiche, chofirmol, colagogo, nefrega, polenta, nebiolo, playo, alcuza, lagar, tandil, enchincharse, motete, coriza, chirlar, glorufo, paracresis, perucho, ectima, ristre, comilfó, contrafagote, bretes, autidad, surplus, prescindente, mufa, ebúrneos, quipus, fraboyán, grisalla, alabardas, añagazas, hierogamia, psicopompo, consecración, escalopendra, calvero…. Son palabras castellanas, puesto que de nuestro náhuatl-pipil y otros idiomas precolombinos han sido condenados al olvido.

“de cabecera” en nuestro caso se refiere a los libros, esos instrumentos de conocimiento que parecen generar separación generacional, puesto que riñen con los gadgets tecnológicos.

La tecnología tiende a atrofiar la lectura tradicional, así la “lectura lenta” de las obras clásicas parecen materia que se abandona por las multitudes…

Consultando el Dual Text (español avanzado)[1]   de cabecera: “que se encuentra a la cabeza”, “primera posición”.

Algunos ejemplos: Colgaba una cruz sobre: “cabecera”; “era uno de mis libros de cabecera”; “ahora ella se sienta a la cabecera de la mesa”; “los embalses de la cabecera” etc.

Con mucho aprecio desde tiempos colegiales algunos libros parecen destinados a ese sitio privilegiado, “libros de cabecera” pueden ser: poesía, novelas, historia, antropología, Biblia, orientales etc. A lo largo de la vida uno no puede cargar con tanto acervo cultural, se puede formar una pequeña biblioteca, una colección vital de lectura de consulta profesional o de preferencias, pero un cambio de residencia es brutal y si acontece de una nación a otra es una catástrofe, en ese caso con mucho sentimiento se deben abandonar muchos libros… la nostalgia invade al desarraigo de los queridos libros conseguidos a fuerza de mucho esfuerzo, en esa hora se abandonan a su suerte.

Los libros establecen un diálogo de diversos niveles, no son lineales, comunican amor, odio, alegría, tristeza, forman nacionalidades, unen pueblos, consuelan a los cautivos, en otras ocasiones son instrumentos destructivos, son armas de guerra que causan mucho daño a poblaciones o personas, son citados como artefactos contra enemigos, así un libro es amado y odiado, sus contenidos son sagrados o profanos; la hoguera fue usada para destruir los códices precolombinos, en la antigüedad se quemaron bibliotecas a nombre de Dios etc.

“de cabecera” tiende a desaparecer puesto que ahora los teléfonos celulares ocupan ese sitio privilegiado, los estudios indican que la adicción al teléfono móvil es tal que debe estar a la vista del usuario, tampoco algunos soportan no usarlo por horas de ocio, al final es un hábito provocado por las grandes empresas tecnológicas que identifican por algoritmo las preferencias de los portadores, así envían anuncios o páginas que encadenan a la personas por horas, ese tiempo es contabilizado para estructurar el detalle de la personalidad de las multitudes, se conforman predisposiciones, se envían noticias falsas, posiciones políticas, insultos, movimientos culturales, orientación de potencias en conflicto bélico, publicaciones con realidad alternativa, consumo sin control, construcción de hábitos de odio, cambios de temas o secciones interminables e intermitentes que crean conductas neuróticas-obsesivas etc.

“de cabecera”: ¿un libro o un teléfono móvil? ¿una PC o Tablet?

Debemos hacer una salvedad a esta condición, los libros también pueden ser electrónicos, lo cual es un adelanto maravilloso, puesto que en ese caso un libro de cabecera virtual (PC o Tablet) soluciona el conflicto del teléfono simple (des)informativo y lo transforma en una consola de lectura móvil que no necesita de espacio físico, además puede acompañar sin límite geográfico, siempre y cuando exista red de telecomunicaciones.

El libro físico y libro virtual  poseen el mismo contenido, la diferencia quizás es la manipulación, puesto que el libro físico es presencia visible sin máquinas, el libro virtual no es visible, sin embargo conserva intacto su estado a pesar del tiempo, mientras el libro tradicional necesita cuidado y orden, el libro tecnológico es inalterable.

La publicación física de un libro es una celebración entre amigos, la publicación de un libro virtual es modesta, silenciosa, casi secreta; en ambas el comercio y divulgación dictan su futuro. Una ventaja acaso del libro virtual es su presencia internacional, el libro físico es más limitado.

“de cabecera” se convierte en un signo de lectura (física o virtual), casi un acto devocional por los libros, hasta parece que no caerá en desuso. amazon.com/author/csarcaralv

[1] https://www.espanolavanzado.com/significados/3395-de-cabecera-significado

 

Continuará el siguiente entrega…

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