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Máquina excavadora de túneles en la sala de exposiciones del Museo de Ciencia y Tecnología en Beijing. Foto Diario Co Latino/Francisco Elías Valencia.

De la máquina de vapor, al tren de alta velocidad

Francisco Elías Valencia
Enviado Especial
@DiarioCoLatino

Estar en la sala de exposiciones del Museo de Ciencia y Tecnología en Beijing, o viajar en un tren de alta velocidad, a 300 o 350  kilómetros por hora, de Beijing a Hangzhou, sirve para verificar el gran desarrollo tecnológico que ha alcanzado la República Popular China, logrado solo en un par de décadas, en el periodo de la “reforma y apertura”. Y solo a partir de esos avances se puede explicar por qué China es la segunda economía del mundo, y que seguramente muy pronto será la primera.

Ver en el Museo de Ciencia y Tecnología el esqueleto de una máquina mecánica a vapor funcionando, que te ubica en la época de la revolución industrial, con la maqueta animada de un sumergible, que puede bajar a 500 metros de profundidad o más, el tren de alta velocidad o el telescopio esférico, no deja dudas de que China Popular es una nación altamente desarrollada, lo que no deja de sorprender por la rapidez con la que lo han logrado, y porque el occidente nos sigue presentando a China, a través de la industria, a una sociedad atrasada o estancada en el pasado inmediato.

La verdad es distinta. El guía en el museo explica parte de los 40 logros de China en los 40 años de “la reforma y apertura”. Esto último tiene que ver con el cambio de la economía estrictamente planificada por un tipo de economía de mercado, con la diferencia de que el Estado no solo pone las reglas, sino que controla las empresas estratégicas que garanticen el bienestar del pueblo y el sistema socialista “al estilo Chino”.

El logro de la alta tecnología, los chinos lo explican a partir de cuatro momentos: la conectividad, la exploración, el conocimiento de las tecnologías y las mejoras o innovaciones en esa tecnología.

La maqueta que muestra el puente más largo del mundo no deja de reflejar la sorpresa de quienes escuchan la explicación. Se trata de una mega infraestructura que une Hong Kong-Zhuhai-Macao, un puente de 55 kilómetros de largo. Esta obra obligó a crear una isla artificial.

Pasar luego a la sección que muestra la alta tecnología del tren de alta velocidad genera otra sorpresa por el hecho de haber transformado la tecnología alemana a una propia, la tecnología “Fuxing”, que es aplicada en varias áreas: espacial, aeroespacial y submarina, entre otras.

El Sr. Yang, subjefe de la Subestación Ferroviaria de Alta Velocidad de Nanjin, que nos conduce de Beijing a la ciudad de Hangzhou, y en el que recorrimos 1,400 kilómetros en seis horas, lo explica desde su experiencia. Primero, dice, su tren mide 402 metros de largo. Tiene capacidad para un mil 115 pasajeros, posee 16 vagones, aunque los hay también de ocho. La velocidad máxima es de 480 kilómetros por hora. Aunque en el tren en el que un grupo de periodistas salvadoreños nos encontramos la velocidad varía entre los 303 y 380 kilómetros por hora. La pequeña diferencia es insignificante.

En su recorrido, el tren utiliza la energía que la región ha desarrollado, desde la eólica hasta la hidroeléctrica. Lo importante es que se le transfieran 25 mil kilovatios. Y utiliza energía directa y energía continua.

Tecnología de República Popular China. Foto Diario Co Latino/Francisco Elías Valencia.

Tiene dos tipos de frenos, explica, uno de aire y el otro regenerativo. Este último se aplica cuando el vehículo va a alta velocidad.

A continuación comparte que el primer tren de alta velocidad que se puso en operación en República Popular China fue el 27 de enero de 2007. Para ello tuvo que pasar por tres etapas: la de invención de la tecnología, aprendizaje y la de invención autónoma.

El tren de alta velocidad, como otros medios estratégicos, son responsabilidad total del Estado, pues, solo en la construcción del mismo, hubo o hay participación empresarial o de la inversión extranjera. Esta política hace posible el uso de este medio de transporte de alta tecnología de cualquier ciudadano chino, más allá que tenga vagones para clase ejecutiva, primera y segunda clase.

La red para el tren de alta velocidad alcanza los 250 mil kilómetros, que es el equivalente a las dos terceras partes de las vías de alta velocidad en el mundo.

Justo el día de realizar el recorrido en el tren del señor Yang, el lunes pasado, recién se inauguraba otro tren de alta velocidad, la red que atraviesa Nanjing, Guangzhov, Shenzgen y Hong Kong.

La velocidad dentro del vagón número 3 es apenas percibida por sus ocupantes, a tal grado que se puede colocar una tasa de te o café caliente, sin peligro que el movimiento derrame una tan sola gota del contenido.

De regreso al museo se pueden apreciar los aviones construidos con la tecnología china, se trata del avión de pasajeros C919 y el avión de carga. Ambos son más ligeros por eso ahorran el 10% en combustible. Esto impacta positivamente en la economía y en el medioambiente. Los parabrisas de estos aviones también son distintos, en vez de seis pantallas como los otros, son tres.

Y así se puede ir explorando en las diferentes áreas del uso de alta tecnología china en la exploración al espacio y en aguas profundas en sus naves y trajes de buceo o aeroespaciales, en su telescopio esférico, su máquina excavadora de túneles y un nuevo medicamento para curar la malaria, obtenido de una hierba medicinal tradicional china, que ha otorgado el premio Nobel de Medicina a una investigadora china.

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