Y sin tanta paja, desconozcan a esta FedeFútbol
Rolando Alvarenga
Al oído del entrenador mexicano de la pobre selección salvadoreña de fútbol, apaleada el miércoles anterior 6-0 por una renovada selección estadounidense, Carlos De Los CiniCobos quien todavía tiene el cinismo de preguntarse: ¿Por qué renunciar? Cuenta la historia que durante la II Guerra Mundial, los soldados asiáticos se suicidaban metiéndose un cuchillo o daga en el estómago para no vivir sufriendo la vergüenza de haber sido humillados y no servir para defender la patria.
Con seguridad y por estar ganando un buen sueldazo en un país tan pobre y sin dar frutos, este seleccionador extranjero no va a tener la valentía de imitar a los asiáticos y menos de renunciar, pero es inaceptable e indigerible que subestime una humillación que ha calado muy hondo en el amor propio salvadoreño. Tanto como el lapidario 10-1 ante Hungría que después de 38 años, un resto de gente todavía no logra superar.
Este cuate es un irresponsable y solo le faltó decir que si hubiera jugado Fito-22, hubiéramos empatado 6-6. Fue más honesto el portero Henry Hernández al pedir disculpas a la afición “por no estar a la altura”. Por eso y con argumentos de peso, el técnico argentino Juan Sarulyte sostuvo frontalmente en “Los Provocadores” que, “al seleccionador le tiemblan las patas cuando juega contra equipos grandes”. Y no dimitirá porque hay federativos mariachis que le compran su humo.
En consecuencia y a nombre de un pueblo humillado, el llamado es para el INDES para que asestando un golpe de autoridad, proceda lo antes posible al desconocimiento de la FedeFut para que no siga sumando vergüenzas patrióticas internacionales. Y si por eso la FIFA nos desconocen, pues que nos desconozcan, pero no más paños tibios. Es mejor estar desconocidos y en proceso de ordenar la casa, que estar acumulando impunemente amargas golizas para la patria querida.