Osvaldo Escobar Velado
Justicia
El salario en la fábrica está bajo
No alcanza la moneda.
Ya no hay nadie que pueda
Vivir con lo que gana en el trabajo.
Los trust y cartels lo reparten todo:
Para los accionistas, el dinero
Como río abundante, ¿y el obrero?
Le dan sus cents, por cierto de mal modo.
Es ésta la justicia del presente:
Una balanza que en siglo veinte
Dejó de ser precisa.
Se puede concretar de esta manera:
Por llenarle a un míster la cartera,
Se le deja al obrero sin camisa.
Pieza de mesón de un obrero
Una percha adquirida a precio módico.
Tres ladrillos aspiran a cocina
Colocados de intento en una esquina.
Un gran quinqué. Retratos de periódico.
Un San Antonio con el vidrio roto
Y adornado con flores de papel.
Ropa sucia en el suelo. Un alboroto
De figuras decoran un cancel.
Tal es el cuarto en que el obrero tiene
Que ir viviendo. Apenas se sostiene.
¡Él no puede vivir de otra manera!
¡Por esta pieza pagará mañana
En concepto de renta a la casera
La cuarta parte del jornal que gana!
Soneto a Pablo Neruda
Atacante, atacado, no vencido.
Bernardo de O’Higgns con sus sueños grandes
Te cubre para siempre. Estás ungido
En la nieve perpetua de Los Andes.
Va tu oceánica espada reluciente
Con un poco de luna salitrosa
Llenando con su luz al Continente,
Contenido en tu sangre generosa.
Empujada por diástole suprema
En un impulso limpio de pecado
Tu palabra de amor, todo lo quema.
Delirante, Neruda, llegó el día
En que estás por los hombres ubicado
Más allá de tu angustia y tu poesía.
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