Por Alfons Luna
Londres/AFP
Un informe del gobierno británico afirmando que la prohibición de las drogas no reduce necesariamente su consumo hizo que el debate sobre la despenalización saltase este jueves al primer plano en el Reino Unido.
«Estudiando la situación en diferentes países, no hay correlación aparente entre la ‘dureza’ a la hora de afrontar las drogas y la prevalencia del uso de drogas», afirma el estudio difundido este jueves y que compara las estrategias antidrogas de diferentes países.
«No está claro que la despenalización tenga un impacto en el consumo», añade el documento.
Además, sostiene, «hay indicios de que la despenalización puede reducir la carga de los sistemas judiciales».
Se trata del primer informe de este tipo en décadas y el parlamento lo discutirá este mismo jueves.
Sin embargo, ya ha provocado un enfrentamiento en la coalición gubernamental, con los conservadores del primer ministro David Cameron insistiendo en que hay que mantener la dureza contra el consumo y los liberales del viceprimer ministro Nick Clegg abogando por la despenalización.
Clegg tildó la visión conservadora de «totalmente alejada de la realidad, pasada de moda» y acusó a sus socios de gobierno de haber tratado de impedir la difusión del documento.
«El informe de esta mañana, impulsado por mí y los liberales contra la resistencia de los conservadores», demuestra «que la manera en que estamos haciendo las cosas no tiene sentido», dijo Clegg en la emisora de radio LBC.
«La guerra contra las drogas no está funcionando», sentenció Clegg. «No puedo entender por qué diablos nosotros, como sociedad, metemos entre rejas cada año a mil personas sólo porque se les ha encontrado drogas para uso personal», añadió el liberal.
Pero la oficina del primer ministro dijo que el informe «no fundamenta de ningún modo» un cambio que «enviaría un mensaje increíblemente peligroso a los jóvenes».
Sin embargo, al menos dos diputados conservadores reaccionaron a la publicación del informe expresando sus simpatías con las posiciones liberales.
Un movimiento impulsado desde Latinoamérica
Las organizaciones por la despenalización celebraron la publicación del informe.
Transform, una de ellas, lo calificó de «histórico».
En declaraciones publicadas por el diario The Daily Telegraph, Danny Kushlick, su fundador, dijo que «por primera vez en 40 años el ministro del Interior admite que aplicar severas leyes antidrogas no reduce el consumo».
«También reconoce que despenalizar la posesión no incrementa su consumo», constató.
Los llamamientos a la despenalización han crecido en los últimos años, particularmente entre sectores, como el de los dirigentes latinoamericanos, que no tendían a cuestionar una estrategia impulsada sobre todo desde Estados Unidos.
Otto Pérez, el presidente de Guatemala, fue el primer líder en activo en abogar por un cambio.
El grupo Comisión Global de Políticas de Drogas, integrada entre otros por el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el mexicano Ernesto Zedillo y colombiano César Gaviria, entre otros, también quiere la despenalización.
La comisión también está integrada por el expresidente de Chile Ricardo Lagos, el exsecretario general de ONU Kofi Annan, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, el multimillonario empresario británico Richard Branson, y el ex Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana.
«El régimen global de control de drogas debe ser reformado para permitir una regulación legal. Empecemos por tratar la adicción a la droga como una cuestión de salud, en vez de como un crimen, y reducir la demanda de drogas a través de iniciativas educativas comprobadas», afirma el grupo.
A la estela de este cambio de rumbo, Uruguay se convirtió en diciembre de 2013 en el primer país del mundo en aprobar una ley que legaliza el mercado del cannabis.
La discusión internacional impulsada por América Latina ha llevado a la convocatoria en 2016 de una Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre drogas (UNGASS, según sus siglas en inglés).