Licenciada Norma Guevara de Ramirios
La demanda de cesar el bloqueo a Cuba, es y ha sido por muchos años, un clamor universal de seres humanos, organizaciones de solidaridad, fuerzas políticas y gobiernos.
Esta demanda se expresa anualmente en resoluciones del máximo organismo internacional, la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
Y, ¿por qué repetir esa demanda en una voz solitaria ahora?, porque cada día que pasa, los efectos de ese cruel, ilegal e ilegítimo bloqueo que mantiene Estados Unidos, exigen que se haga, no se debe callar, esa demanda debe ser cada vez más fuerte y constante.
La condena al bloqueo y a toda medida que impide a los pueblos una relación franca de respeto es necesaria, porque el bloqueo, en todas sus formas, está alejada de las aspiraciones de la gente de vivir en paz, en condiciones de igualdad y libertad.
Cuba eligió un camino, el de la construcción de una sociedad socialista; los que vivimos en el capitalismo no lo elegimos, nos tocó vivir bajo este sistema y en todas partes existen quienes aspiramos a un cambio.
Cuba eligió vivir como un país sin sujetarse al chantaje y a los condicionamientos sobre cómo producir, cómo distribuir el ingreso, cómo construir sus instituciones; decidió y mantiene esa decisión por voluntad de la inmensa mayoría de sus habitantes, a lo largo de generaciones, y esa voluntad merece ser respetada.
El bloqueo limita las posibilidades de desarrollo, dificulta la vida, y aún con él a lo largo de seis décadas, Cuba demuestra superioridad en muchos campos por sobre países que vivimos en el capitalismo.
Me ha impresionado el testimonio del diputado cubano Elián González, publicado en La Prensa Gráfica sobre la entrevista realizada por una agencia que nada tiene de izquierda (AP), a quien de niño fuera un emigrado que provocó una disputa entre Cuba y Estados Unidos.
Es una historia conmovedora sobre una madre que huyó de Cuba en 1999, llevando a su niño de 5 años, que muere junto a otros cubanos en el mar, mientras su hijo sobrevive.
El reportaje recuerda la batalla del pueblo cubano unido a la demanda del padre del entonces niño Elián, exigiendo el retorno de su hijo; un pueblo y un Estado luchando unidos por algo justo y que esa justeza fue reconocida por la autoridad competente de Estados Unidos, propiciando el retorno de Elian González a su patria, a su padre y a su familia.
Ahora, se nos informa, Elián es diputado a la Asamblea del Poder Popular de Cuba, ingeniero industrial y trabajador casado y con hijos, orgulloso de su país, de su pueblo, sin ignorar las dificultades que vive su pueblo, pero reconociendo el origen de las mismas en ese cruel bloqueo.
Cuba, su pueblo, sus autoridades y su partido comunista han pasado por momentos difíciles, derivados de la hostilidad del imperialismo estadounidense, pero igualmente ha gozado de solidaridad del pueblo estadounidense, de organizaciones de la emigración cubana en ese país y, por supuesto, de solidaridad de todas partes del mundo.
Cuba ha sido solidaria con la humanidad entera, aporta al desarrollo científico, especialmente para la defensa de la vida, la salud y la educación.
Nuestro pueblo ha sido objeto de esa solidaridad sin condiciones, antes de retomar las relaciones diplomáticas y durante los gobiernos del FMLN, sigue siendo su batallón de médicos, en otros países vecinos, quienes curan y devuelven la vista a miles de compatriotas.
Cuba ha dado y da al mundo, pero también necesita y lo que más necesita es que se elimine el bloqueo por parte de Estados Unidos.
La pandemia del COVID 19, los efectos de los huracanes y de los trastornos del clima, causan problemas como en otros países, pero la diferencia es que en otros países no se viven las restricciones que impone el bloqueo.
Sin duda Cuba es merecedora de admiración, por haber desarrollado una revolución social y por haber tomado la decisión de vivir bajo reglas distintas a las del capitalismo salvaje; cuba merece respeto, por tener y defender una opción, como lo han hecho otros pueblos.
En este mes de julio los cubanos rememoran la acción que desencadenó el cambio, el asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, ocasión más que propicia para expresar solidaridad con su lucha y para demandar que CESE EL BLOQUEO.