David Martínez
@davidmar2105
Seguir el ejemplo de denuncia de Pedro y Monseñor Romero ante las injusticias, doctor de eso trató la homilía de la cripta de Catedral Metropolitana, donde también se conmemoró el 205 aniversario la firma de la independencia de Venezuela y los 26 años del asesinato de Madeleine Lagadec.
En el mensaje, el párroco Mauricio Merino, de la iglesia de NuestraSeñora del Rosario, San Vicente, hizo una comparación de como se ha institucionalizado la injusticia, situación que después de la muerte de Jesucristo, su discípulo más cercano, Pedro, denunció las injusticias ejecutadas por el imperio romano, algo similar pasó con el obispo mártir, Oscar Arnulfo Romero, quien también se atrevió a evidenciar las ilegalidades y al final asesinado.
“Monseñor Romero, así como Pedro, tuvieron la valentía y el coraje de denunciar las injusticias, las maldades y pecados cometidos en su tiempo, aunque esto significará poner en riesgo su propia vida; pero a pesar de ese ejemplo, hoy se ignora la bondad y se glorifica la maldad. Se ha institucionalizado la maldad”, expresó Merino.
Y es que para el párroco, desde el tiempo de la guerra hasta la fecha, las instituciones solo han servido a las clases dominantes, las cuales se han dedicado solo a reprimir al pueblo, ya que en nombre de estas se condena injustamente, pues se vive en un sistema de desigualdades, donde el que tiene más y se ve inmiscuido en actos de corrupción no es juzgado como se debe.
Por ello hizo un llamado a ser valientes y denunciar las injusticias de nuestro tiempo cometidas incluso por miembros de la iglesia, por lo que indicó que hay que seguir el ejemplo del Papa Francisco que está atento a los males que afectan a las mayorías y denunciar las irregularidades que hayan cometido los funcionarios, ya sean de los que manejan el país o de la alta jerarquía de la iglesia.
“Debemos tener esa capacidad de una mirada crítica hacia fuera, pero también hacia dentro y expulsar de nuestra familia y sociedad todas la expresiones de injusticias y de maldad que atentan contra la vida y dignidad del hombre y que ponen en riesgo la realización del proyecto santísimo de Dios”, acotó el sacerdote.
Merino exhortó al pueblo a hacer sentir su voz, para ser testigos de la verdad y comprometerse a transformar la realidad y construir un mundo mejor, donde no hayan privilegios para unos pocos, donde se viva en solidaridad, fraternidad y en paz.
En tal sentido, solo el pueblo puede reivindicar la memoria de los mártires que murieron por la verdad, de aquellos que querían una sociedad diferente, la que no ha cambiado mucho ya que no se ha abolido un sistema económico que beneficia a unos pocos.