Gloria Silvia Orellana
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“Creo que el llamado de Monseñor Romero y Rutilio Grande sería a no seguir idolatrando el dinero, a que no sigamos idolatrando a personas que prometen un bienestar basado en la marginación de una gran parte de la sociedad”, dijo el sacerdote jesuita, Andreu Oliva, también rector de la Universidad Centroamericana “Dr. José Simeón Cañas” (UCA), en el santo oficio en la Cripta de Catedral Metropolitana.
“Debemos transfigurar a El Salvador, debemos cambiar las actitudes para que las relaciones entre nosotros sean de justicia y de búsqueda del bien común y de el respeto a la dignidad humana”, añadió.
La misa en la Cripta fue para conmemorar el cuadragésimo sexto aniversario de la muerte martirial del padre jesuita Rutilio Grande, junto a sus colaboradores Nelson Lemus y Manuel Solórzano. El hecho criminal ocurrió el 12 de marzo de 1977, en el lugar conocido como “Las Tres Cruces” , El Paisnal, Aguilares. Los tres mártires fueron declarados beatos de la iglesia católica en enero de 2022. El padre Oliva celebró el santo oficio junto con los integrantes de la Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral.
“El mes de marzo en El Salvador, es muy importante desde la perspectiva de las personas que ofrecieron su vida por el amor y seguimiento a la vida de Jesús, por su amor al Evangelio que comienza con Rutilio Grande, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y tantas otras personas que sin ser mártires dedicaron toda su vida a la defensa de los derechos humanos, y decir la verdad, como Rufina Amaya, y la directora de Tutela Legal, María Julia Hernández”, manifestó.
El religioso expresó que en “marzo martirial”, el legado de estas personas son un ejemplo que los cristianos podrían seguir y comprender como seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias tomando el marco, estilo y modo de la Iglesia del Vaticano II y de la iglesia de Medellín.
“Esas personas fueron muy importantes, porque entendieron muy claramente que su fe les llevababa a trabajar por la justicia, a optar por los pobres y por defender los derechos humanos. Yo creo que estos mártires dejaron una gran impronta (huella) en la Iglesia”, agregó.
“Fueron reconocidos precisamente por llevar la buena noticia de Dios a los pobres y por defender los derechos de los pobres, pero lo más importante a defender la dignidad humana -que es de toda persona- y que ellos al ir al encuentro de estas personas que vivían persecución, que estaban viviendo la opresión de un sistema explotador y decirles que Dios no estaba de acuerdo con eso, sino a favor de una vida digna para todos, creo que eso sigue siendo puro Evangelio y el Evangelio sigue siendo actual”, sostuvo Oliva.
El padre Oliva señaló que en la actualidad se están dando acciones de injusticia, y que en esas situaciones de opresión, la población más vulnerable puede pensar que están en total abandono de Dios.
“Como dice la Primera Lectura de hoy que la gente creían que Dios lo ha abandonado, porque siguen viviendo en situaciones precarias y siguen padeciendo hambre, sed y siguen siendo injustamente vulnerados y perseguidos, pero no es así”, acotó.
En cuanto a la situación actual con las capturas masivas y arbitrarias de personas inocentes, el padre Oliva lamentó, que en el país se siga generando víctimas por estos manejos inapropiados de la seguridad pública.