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Londres / AFP
Julian Assange recibió el apoyo de un grupo de 117 médicos que denuncian la «tortura psicológica» infligida al fundador de Wikileaks, amenazado de extradición a Estados Unidos, que lo acusa de espionaje, y de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En una carta publicada en la revista médica británica The Lancet, un grupo de médicos de 18 países acusa al gobierno británico de estar atentando contra el derecho fundamental de Julian Assange a recibir atención médica, una semana antes de que la justicia británica examine la solicitud de extradición del australiano.
Assange, de 48 años, está detenido en una cárcel de alta seguridad en Belmarsh, al este de Londres.
«Si Assange acabara muriendo en una cárcel británica», como lo advirtió el relator especial de la ONU sobre la tortura Nils Melzner en noviembre, «habrá sido, efectivamente, torturado hasta la muerte», consideran los firmantes.
Desde que Julian Assange fue examinado por un médico en 2015 en la embajada de Ecuador de Londres, donde llevaba refugiado tres años, las recomendaciones de los médicos fueron «constantemente ignoradas», añaden.
Los signatarios denuncian una «politización de los principios fundamentales de al medicina, cuyas implicaciones van más allá del caso de Julian Assange». «Pedimos a los gobiernos que pongan fin a la tortura de Assange y que le garanticen el acceso a los mejores cuidados, antes de que sea demasiado tarde», concluyen.
Por su parte, la asociación Reporteros Sin Fronteras, que se opone firmemente a la extradición de Assange -quien «transmitió informaciones de interés general a periodistas»-, lanzó una petición que el lunes había recabado más de 20.000 firmas.
A principios de noviembre, el relator de la ONU sobre la tortura declaró a la AFP que su preocupación se debía a «nuevas informaciones médicas transmitidas por varias fuentes fiables que afirman que la salud de Assange entró en un círculo vicioso de ansiedad, estrés e impotencia, típico de personas expuestas a un aislamiento prolongado y a una constante arbitrariedad».
Detenido en Belmarsh desde que fue arrestado en abril de 2019 en la embajada de Ecuador, Julian Assange está reclamado por Washington. En Estados Unidos, podría ser condenado hasta a 175 años de cárcel por espionaje.
Las autoridades estadounidenses lo acusan de haber puesto en peligro a algunas de sus fuentes cuando publicó, en 2010, 250.000 cables diplomáticos y unos 500.000 documentos confidenciales sobre las actividades del ejército estadounidense en Irak y Afganistán.
