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Barcelona/AFP
Decenas de miles de catalanes se manifestaron el domingo en Barcelona para exigir a los partidos políticos independentistas unidad para formar un gobierno e implementar la república que declararon en octubre pero no pudieron desplegar ante la intervención del gobierno español.
Según la policía municipal, 45.000 personas participaron en esta marcha que, bajo el lema «República ahora», llenó de banderas independentistas una amplia avenida cercana al paseo marítimo de la capital catalana.
Los separatistas consiguieron renovar la mayoría absoluta del Parlamento catalán en las elecciones de diciembre pero, dos meses y medio después, no fueron capaces de acordar un gobierno.
«Esta situación no puede mantenerse. Es imprescindible (…) avanzar de manera decisiva hacia la implementación de la República», dijo en el Parlamento Agustí Alcoberro, vicepresidente de la ANC, la organizadora de la protesta.
«Quiero que mis representantes políticos se la jueguen», exigieron desde el escenario varios militantes independentistas.
La semana anterior, los dos principales partidos separatistas alcanzaron un pacto para avanzar hacia la independencia que incluye la celebración de un referéndum sobre la futura constitución catalana. Sin embargo, todavía deben superar numerosos obstáculos judiciales y cosechar el apoyo de la formación más radical.
«Hay mayoría por la República, pues que formen gobierno ya y lo apliquen», protestaba Miquel Álvarez, estudiante de derecho de 20 años.
«Entiendo que haya miedo, son más reticentes a tirar adelante (…) Pero no podemos echarlo todo a perder», afirmaba Amanda Mansachs, técnica de comunicación de 39 años.
Muchos de los manifestantes lucían carteles «Libertad presos políticos», una de las consignas más aclamadas durante la protesta, en referencia a los cuatro líderes independentistas encarcelados desde hace más de cuatro meses cerca de Madrid por su implicación en el intento de secesión.
Entre ellos el expresidente de la ANC, Jordi Sánchez, propuesto como sucesor por el expresidente regional Carles Puigdemont, cesado por Madrid tras la declaración de independencia y que renunció a ser investido por su complicada situación judicial.
Instalado en Bélgica y perseguido en España por rebelión y sedición, Puigdemont tenía que entregarse ante la justicia antes de ser escogido.
Sin embargo, la investidura de Sánchez, prevista para el lunes, también fue suspendida ante la negativa judicial a permitirle salir de la cárcel para acudir al Parlamento.
Mientras no se forma gobierno, esta región de 7,5 millones de habitantes sigue controlada por el gobierno de Mariano Rajoy.
