Jerusalén/AFP
Michael Smith
Decenas de miles de manifestantes salieron de nuevo a la calle el domingo, por cuarto día consecutivo, en Oriente Medio y en otras partes del mundo, para protestar contra la polémica decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
En el cuarto día de enfrentamientos y protestas en los Territorios Palestinos, donde murieron cuatro palestinos, y de manifestaciones en varios países, el papa Francisco volvió a llamar a la «sensatez» y la «prudencia de todos» para «evitar una nueva espiral de violencia».
Prueba de la exacerbación de las tensiones, un palestino apuñaló e hirió de gravedad a un agente de seguridad israelí en Jerusalén, según la policía, que trató el ataque de «terrorista». El palestino fue detenido.
En el plano diplomático, las acusaciones también continuaban, desde que el miércoles Trump hiciera su controvertida declaración, rompiendo con décadas de diplomacia internacional y estadounidense.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que quiere posicionarse como heraldo de la causa palestina, afirmó que su país «no abandonará Jerusalén a un Estado que asesina niños».
De visita en París para reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Europa de «hipocresía» y le reprochó no condenar los disparos de cohetes palestinos contra Israel.
Aunque la movilización popular no era tan importante como se preveía en una cuestión tan explosiva como esta, las manifestaciones proseguían el domingo.
Varias protestas tuvieron lugar en el acceso a la ciudad de Belén, en Cisjordania ocupada, donde se produjeron enfrentamientos con soldados israelíes. También hubo altercados en el campo de refugiados de Arrub, también en Cisjordania, donde un palestino resultó herido por balas de goma, según fuentes palestinas.
En el Líbano, las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar una inusual manifestación cerca de la embajada de Estados Unidos, en el norte de Beirut.
Este lunes, está prevista una marcha en las afueras de Beirut, convocada por el poderoso movimiento Hezbolá, que suele movilizar a mucha gente.
‘Continuar la confrontación’
Una manifestación masiva tuvo lugar de nuevo en Estambul, donde la semana próxima se celebrará un cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (OCI).
En El Cairo, cientos de personas se manifestaron en la universidad de Al Azhar y otros centros universitarios, mientras que en la capital marroquí, Rabat, decenas de miles de manifestantes salieron a la calle proclamando «Jerusalén, capital de Palestina».
También en Afganistán, en Jalalabad, cientos de personas protestaron, quemando una imagen de Trump al grito de «muerte a Estados Unidos, a Trump y a Israel». En Yakarta, unos 5.000 indonesios se congregaron delante de la embajada de Estados Unidos.
El sábado, el Fatah del presidente palestino Mahmud Abas pidió a los palestinos «continuar la confrontación y aumentarla».
Desde el jueves, cuatro palestinos murieron en la Franja de Gaza, dos en enfrentamientos con soldados y dos miembros del Hamas en ataques aéreos israelíes en respuesta a disparos de cohetes lanzados desde el enclave palestino.
Un alto responsable militar israelí, el general Yoav Mordechai, advirtió que si seguían los disparos desde Gaza, Israel tendría que responder de una forma «dolorosa».
El domingo, el ejército israelí anunció haber destruido un túnel excavado por el movimiento islamista Hamas entre Gaza y el territorio israelí. Este tipo de túneles se usan, según el ejército, para «actividades terroristas».
Como protesta contra la decisión de Donald Trump, Abas decidió no reunirse próximamente con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, durante su gira a Israel, Cisjordania y Egipto, prevista para mediados de diciembre, según su consejero.
El gran imán de Al Azhar, influyente institución del islam con sede en El Cairo, y el papa de los coptos de Egipto, Teodoro II, también rehusaron entrevistarse con Pence.