Bogotá/dpa
El fútbol sudamericano sufrió en Colombia la peor tragedia de los últimos tiempos con el accidente, la noche del lunes, del avión que transportaba al club Chapecoense a la ciudad de Medellín, que según los últimos datos dejó 71 muertos y seis sobrevivientes.
El avión chárter, perteneciente a la empresa boliviana Lamia, fue contratado por el club para desplazar a su plantel deportivo, a hinchas y periodistas a Medellín, donde mañana se debía disputar el partido de ida por la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional de Colombia.
La delegación viajó de Sao Paulo a la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde comenzó el trayecto final hacia Medellín.
Según el coronel de la Fuerza Aérea Colombiana Édgar Sánchez, la tripulación del avión reportó averías eléctricas al aeropuerto José María Córdoba de Rionegro, que sirve a Medellín, poco antes de las 22:00 horas del lunes (03:00 GMT del martes).
Segundos después el avión desapareció de los radares y fue encontrado, partido en tres pedazos, en un cerro situado a corta distancia del municipio de La Unión, a 200 kilómetros al noroeste de Bogotá y a 38 de Medellín, la capital del departamento de Antioquia.
El comandante de la Policía Nacional en esa zona del país, el general José Acevedo, dijo que el accidente dejó 76 muertos y cinco heridos. Pero poco después la Aeronáutica Civil reportó que seis personas fueron rescatadas con vida, lo que dejaría la cifra de muertos en 75. El el avión viajaban 72 pasajeros y nueve tripulantes.
El coronel Sánchez dijo que se iniciará de inmediato una investigación para establecer las causas de la avería eléctrica reportada por el comandante del avión. Los socorristas que llegaron al lugar del siniestro indicaron que el avión se partió en tres partes pero no se incendió, por lo que no se descarta una falta de combustible.
La Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) anunció la suspensión de la final tras el accidente. “Todas las actividades de la Confederación quedan suspendidas hasta nuevo aviso”, comunicó el ente rector. El organismo agregó que su presidente, el paraguayo Alejandro Domínguez, se está trasladando a Medellín. “La familia Conmebol lamenta enormemente lo ocurrido”, indicó la comunicación.
“Algo que iba a ser una fiesta terminó en tragedia. Es un balance triste, un panorama desolador. Estamos consternados”, lamentó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, visiblemente conmovido.
El presidente del Atlético Nacional, Juan Carlos de la Cuesta, dijo que lo ocurrido llena de luto al fútbol mundial y que su equipo apoyará en todo lo que esté a su alcance al Chapecoense.
Interrogado por reporteros sobre si ya ofreció ayuda a los directivos del club brasileño, dijo entristecido: “No. Todos venían en el avión”.
El club de la ciudad de Chapecó sorprendió en la Sudamericana al dejar en el camino a Cuiabá de Brasil, a Independiente de Argentina, al Atlético Junior de Colombia, y en semifinales, al San Lorenzo de Argentina.
La misión de derrotar a Nacional para ganar su primer título internacional lucía complicada, pues el club colombiano pasa por uno de los mejores momentos de su historia: este año ganó la Copa Libertadores y, en el plano local, la Supercopa y la Copa Colombia.
El miércoles se iba a jugar en Medellín el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana y el juego de vuelta estaba previsto el 7 de diciembre en Curitiba.
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