Manahen González
@ManahenGza
Su sonrisa estremecedora resaltaba entre el grupo de mujeres que esperaban -situadas a un costado de la entrada de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de El Salvador- el inicio de la Marcha del Orgullo LGBTIQ 2019.
Con una gorra -por el intenso sol del sábado por la tarde-, un short, camiseta, tenis y un parlante, Guadalupe Flores se reportaba lista para participar, una vez más, en la Marcha del Orgullo.
«Yo participo en la marcha desde el año 2005, que creo que fue la primera vez que hicieron esta actividad», confesó Flores, mientras en sus mejías resaltan dos banderas con los colores del arcoíris.
Guadalupe, junto a un nutrido grupo de mujeres, participaron en la Marcha del Orgullo representando a la Asociación Lesbianas de El Salvador Heidi Lavinia.
«Escriba bien el nombre (de la asociación), porque siempre lo ponen mal», dijo la carismática participante, mientras terminaba de acomodarse el parlante portátil con el cual daría algunas indicaciones a sus compañeras.
Pero Flores, quien antes de formar parte de la Asociación de Lesbiana procreó dos hijas, no llegó sola a la actividad; le acompañaron su actual pareja, Elvira Hernández (con quien tiene 25 años de relación), y su hija adoptiva, Katy Torres.
«Para mí es un orgullo participar en familia y el apoyo de ellos es vital, porque mi principal preocupación como lesbiana es que mi familia me acepte, ya lo que la demás gente diga no me afecta», expresó.
Pero a Guadalupe Flores no sólo la apoyó su actual familia, sino que también una hija y su nieta, quienes llegaron al Salvador del Mundo -lugar donde finalizó la Marcha del Orgullo- a darle su respaldo.
«Además de mi actual familia, también me apoya una hija y una nieta; porque, independientemente de que sea lesbiana, soy madre, abuela y tía. Por ello, lo que más nos preocupa es que nuestras familias nos apoyen», agregó Flores.
Por su parte, Elvira Hernández, pareja de Flores, dijo que el apoyo de la familia es «importante» debido a que la Comunidad LGBTIQ sufre discriminación día a día.
«Lo que nos sustenta a seguir en esta lucha, a pesar de la discriminación que sufrimos en la sociedad, es el apoyo de nuestra familia, porque ellos también viven y sufren con nosotros la discriminación», expresó.
Tras la breve charla, Flores y Hernández se despidieron y se integraron a la multitudinaria marcha que recorrió las principales calles de San Salvador y en la que la comunidad LGBTIQ pidió respeto a sus derechos y mayores oportunidades para construir una vida digna en el país.
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