Por Jeremy Tordjman
Washington/AFP
El déficit comercial de Estados Unidos creció en 2016 a su nivel más alto en cuatro años con persistentes desequilibrios con China, Europa y México que dan más munición al proteccionismo de Donald Trump.
Crónicamente deficitario, el saldo negativo de intercambios estadounidenses de bienes y servicios con el resto del mundo fue de 502.200 millones de dólares el año pasado, lo que significa un aumento de 0,4% respecto a 2015, informó el departamento de Comercio.
Desde el punto de vista contable el déficit equivale a 2,7% del PIB estadounidense y pesa en el crecimiento económico. Pero es en lo político en donde puede tener un impacto mayor.
El presidente Trump pavimentó su camino a la Casa Blanca con promesas de corregir los desequilibrios en el comercio exterior y estos datos le dan argumentos para sus ideas de imponer gravámenes a importaciones.
El déficit del intercambio de bienes con China es el mayor y por lejos. En 2016 fue de 347.000 millones de dólares aún cuando esa cantidad representa una caída de 5,4% en comparación con 2015.
Acusada de prácticas comerciales desleales, China es uno de los principales blancos de Trump que amenaza con imponer derechos aduaneros de hasta 45% a productos de ese origen y quiere frenar la deslocalización de empresas.
China es culpable del «mayor robo de empleos de la historia» de Estados Unidos, dijo Trump en junio de 2016.
Déficit mayor con México
El déficit comercial de bienes fue también grande con la Unión Europea (UE) al situarse en 146.300 millones de dólares aún cuando resultó menor en comparación al de 2015.
Dentro de la UE, el déficit es particularmente notorio con Alemania al situarse en 64.900 millones de dólares.
La administración de Trump cargó la semana pasada contra Alemania a la que acusó de «explotar» comercialmente a Estados Unidos. Washington considera que el euro está «fuertemente subvaluado» y de esa forma torna más competitivas las exportaciones germanas.
En contrapartida, en 2016 Estados Unidos tuvo un superávit 1.100 millones de dólares con el Reino Unido con quien Trump busca acercarse en momentos en que ese país se encamina a escindirse de la UE (Brexit).
El Brexit será «un éxito», dijo recientemente Trump.
Los datos más explosivos políticamente son los concernientes a México al cual Trump quiere obligar a construir un muro en la frontera y pagarlo, entre otros, con tasas de importación.
El déficit de Estados Unidos con su vecino subió 4,1% en 2016 y se situó en 63.200 millones de dólares, según departamento de Comercio.
La Casa Blanca habló recientemente de imponer un gravamen de 20% a las importaciones de México y amenazó con sancionar a las firmas que se instalan allí para producir bienes destinados al mercado estadounidense porque les resulta más barato.
Trump quiere renegociar, o directamente romper, el tratado de libre comercio TLCAN con México y Canadá. El presidente dijo que ese tratado vigente desde 1994 es un «desastre» para Estados Unidos.
Esos datos brutos no tienen sin embargo en cuenta el comercio de servicios (como finanzas o transporte) en los que Estados Unidos es tradicionalmente superavitario. El excedente de 2016 en ese rubro fue de 247.800 millones de dólares.
Según el departamento de Comercio, el déficit de la balanza de bienes y servicios del año pasado se debe a una caída de las exportaciones (-2,3%) que resultó más marcada que la caída de las importaciones (-1,8%).
Las exportaciones de materiales industriales y equipos tuvieron notorias caídas, dice el informe.
Esos datos son un legado negativo del predecesor de Trump. En 2010 el presidente Barack Obama prometió duplicar en cinco años el monto de las exportaciones estadounidenses que eran entonces de 1,84 billones (millones de millones) de dólares.
Esa meta de Obama estuvo lejos de ser alcanzada en 2016 pues las exportaciones llegaron «solamente» a 2,20 billones de dólares.