Por: Licda Carmen Isabel Poublanc Fernández
Nutricionista y Dietista
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La alimentación es una necesidad biológica, viagra pero también es un acto que vamos aprendiendo desde el momento que nacemos y adoptamos lo que son las tradición cultural y propias de cada individuo, que generan el desarrollo y la transmisión de muchos falsos mitos sobre la alimentación.
Una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria que cada persona necesita para mantenerse sana y desarrollar sus funciones diarias. Muchas veces nuestra alimentación es poco saludable, lo que afecta nuestro estado nutricional, ocasionando sobrepeso y obesidad siendo el más frecuente.
Con el afán de perder esos kilos de más, muchas personas comienzan una dieta sin buscar ayuda de un profesional y en ocasiones se saltan comidas, teniendo un erróneo concepto que evitando un tiempo de comida y en especial la cena se perderá peso, sin saber que hacer esto les produce el efecto contrario en su cuerpo. Si bien es cierto a corto plazo se pierde cierta cantidad de peso, hasta que el cuerpo detecta que hay un menor consumo de alimentos y entra en un estado donde se aferra a la grasa corporal que tenemos almacenada, el cuerpo entra en un estado de ahorro de energía con el objetivo de proveernos esa energía, además dejar de cenar hace que nuestro cuerpo trabaje más lento.
No cenar, provoca que en las mañana amanezcamos con nuestro apetito elevado, y seguramente tendremos una ingesta de alimentos poco saludables y grandes cantidades para solventar lo que no comimos el día anterior, al tener un hambre exagerada solo buscamos saciar las ganas de comer, por lo que no pensamos si lo que comemos nos está nutriendo y satisfaciendo nuestros requerimientos.
Lógicamente si una noche no cenamos no pasa nada, pero debemos recordar que el cenar no significa que comeremos grandes cantidades de comida, podemos optar por una cena liviana, evitando las frituras y alimentos provenientes de restaurantes de comida rápida.
También debemos tener en cuenta que el consumir menos calorías por la noche no quiere decir que se pasara hambre, al contrario, tener una cena liviana nos reduce el riesgo de padecer síntomas tales como: reflujo gastroesofágico, indigestión, insomnio, entre otras.
La cena es un tiempo de comida importante, al igual que el desayuno y almuerzo, que debe ser equilibrada y completa pero siempre más liviana que las comidas anteriores. Ya que es la última ingesta del día, además termina nuestra jornada laboral y el gasto de energía es mínimo así como los requerimientos.
Es necesario reducir el consumo de algunos alimentos tales como:
•Precocinados
• Embutidos grasos.
• Reducir la ingesta de hidratos de carbono como arroz, papas y cereales.
Una de las mejores opciones para una cena liviana es incluir vegetales y verduras en cantidades adecuadas, además podemos incluir un alimento de origen animal, durante las cena debemos cuidar la cantidad de alimento que vamos a ingerir, la técnica culinaria que utilizaremos, no es lo mismo una pechuga a la plancha que una que vaya empanizada.
Otro error que cometemos muchas veces es cenar solo fruta, es cierto que nos aportan vitaminas, minerales, fibra y azúcar. Por ejemplo, dos manzanas, una naranja, un plátano, una rodaja de piña y un kiwi, aporta aproximadamente 450 kcal que provienen casi exclusivamente del azúcar. Esta una cena totalmente desbalanceada y no es suficientes, además aporta grandes cantidades de azúcar, que luego se almacenan en nuestro cuerpo.
Evitar la cena es un mal hábito. Como profesional recomiendo cinco comidas al día, de esta manera controlamos nuestro sistema hambre-saciedad, ya que al repartir la ingesta en varias comidas al día no llegamos a la siguiente comida con un elevado apetito que nos haría comer de más y poco saludable.