Washington/Nueva York/Washington/AFP
Laura Bonilla/Cyril Julien
«¡Dejen de jugar con nuestras vidas!», «¡Queremos una solución permanente!», pidieron jóvenes ‘dreamers’ en varias protestas al Congreso de Estados Unidos, al llegar el lunes la fecha elegida por el gobierno Trump para el fin del programa que les protege de la deportación.
El fin definitivo del DACA, fijado para el 5 de marzo, está en realidad en suspenso. Dos fallos de jueces de California y Nueva York suspendieron temporalmente la decisión del presidente Donald Trump de acabar con el DACA, el permiso de residencia temporal otorgado por el expresidente Barack Obama en 2012 a casi 700.000 jóvenes inmigrantes que llegaron a este país con sus padres cuando eran niños.
Trump anunció el fin del programa y sostuvo que la suerte de estos jóvenes está ahora en manos del Congreso, a quien los ‘dreamers’ (soñadores) reclaman una legalización permanente.
«El Congreso no se decide, no sabe qué quiere hacer con nosotros. Dicen una cosa y salen con otra. Yo les pido que no jueguen con nuestras vidas», dijo a la AFP Lizbeth Huitzil, una joven mexicana de 19 años que estudia biología, en una pequeña protesta celebrada frente a la Trump Tower.
«¡Dejen de jugar con nuestras vidas! Hagan su trabajo. ¡Aprueben una legislación de inmigración limpia!», que no imponga a cambio la deportación de padres indocumentados o la construcción de un muro en la frontera con México, añadió.
«Una solución permanente»
En Washington, la inmigrante mexicana Alexandra González, de 21 años, marchó hacia el Congreso con otras 200 personas sosteniendo un cartel con una foto de su primo Edder Sánchez, de 26 años.
«Fue arrestado en Atlanta, y su DACA fue revocado ilegalmente. La policía migratoria ICE lo puso en un centro de detención en condiciones inhumanas y aceptó una repatriación voluntaria», contó.
«Tenemos que presionar más para obtener una ley de inmigración. Queremos una solución permanente y un camino a la ciudadanía», sostuvo esta estudiante universitaria.
Si no fuese por los dos fallos de jueces federales de San Francisco y Brooklyn, un promedio de 122 jóvenes con DACA quedaría cada día sin papeles, bajo amenaza de deportación, estiman organizaciones de defensa de los inmigrantes.
El gobierno de Trump apela ambos fallos ante tribunales superiores, luego de que la Corte Suprema rechazara su pedido de pronunciarse sobre el asunto directamente, sin que éste pasara por cortes de apelaciones.
Los ‘dreamers’ piden al Congreso que ate la aprobación de la ley migratoria a la ley de presupuesto que debe ser votada el 23 de marzo.
Pero dado que las cortes de apelación probablemente no decidan sobre el tema antes de mitad de año, y que el caso puede terminar luego ante la Corte Suprema, el Congreso podría esperar hasta antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Hasta ahora los legisladores no han logrado ponerse de acuerdo sobre una legislación migratoria.
¿De vuelta a la clandestinidad?
«No sabemos qué va a suceder con el DACA, vivimos una situación muy precaria. Estamos en este limbo político porque el Congreso tendría que haber encontrado una solución en los últimos seis meses y no ha pasado nada», dijo a la AFP Francis Modi, una ‘Dreamer’ venezolana de 28 años que trabaja en la New York Immigration Coalition y organizó la protesta frente a la Trump Tower.
Las negociaciones entre republicanos y demócratas para alcanzar un acuerdo sobre una ley migratoria provocaron ya un breve cierre del gobierno.
Entre los proyectos de ley del Senado que no avanzaron estaba el plan respaldado por Trump, que abre la vía a la ciudadanía para 1,8 millones de «dreamers»: los casi 700.000 ya inscritos en el DACA, más 1,1 millones que cumplen los requisitos para ingresar al programa pero no gozan actualmente de esa protección. A cambio, exigía fondos adicionales para seguridad fronteriza y una drástica restricción de la política de inmigración legal.
«Sin una solución permanente, la decisión cruel e imprudente de Trump separará a más familias, destruirá comunidades, empujará a los inmigrantes a la clandestinidad y en consecuencia todos estaremos menos seguros», dijo en un comunicado el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Perez.
Mientras el Congreso alarga las cosas, los defensores de los inmigrantes no bajan la presión.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) se asoció con grupos pro inmigración para lanzar una campaña en redes sociales y medios en línea que exige a Trump respaldar legislación viable que proteja a los «dreamers».