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Del bloqueo, la oposición, a la condescendencias

Alguien en las redes sociales advirtió que el gobierno del presidente Nayib Bukele no tiene oposición, aunque al temor de algunas reacciones virulentas en las mismas redes pareciera que sí, pero no hay oposición, es más nos atreveríamos a decir que hay mucha condescendencia.

Oposición quizá la hubo en el primer gobierno del FMLN, que gracias al fraccionamiento de ARENA y con ello el aparecimiento del partido GANA, se pudo contar con el apoyo de la Asamblea Legislativa en casi todas las iniciativas de ley para garantizar la viabilidad del quehacer cotidiano de la cosa pública. A esto le llamaron los políticos garantizar la Gobernabilidad.

Es decir, la Gobernabilidad es propia de una adecuada y acertada negociación entre contrarios para hacer posible el desarrollo del quehacer público sin muchos sobresaltos.

Así, aunque ARENA en la Asamblea se opuso a todo, el primer gobierno del FMLN logró salir avante gracias a la Gobernabilidad lograda producto del entendimiento con las otras fuerzas de derecha, menos con ARENA que se opuso a todo.

Claro, esa Gobernabilidad no dio para negociar aspectos estructurales de la nación, en las cosas más sentidas de la población. Un ejemplo fue el tema de pensiones.

Todo mundo tenía claro que el sistema de pensiones privatizado es un desastre para los trabajadores cotizantes y para los pensionados. Para la derecha legislativa que las AFPs tengan utilidades millonarias al año es normal; en tanto producto de la lógica del mercado, entendiendo este como un principio fundamental del capitalismo que todos debemos respetar o que todos debemos someternos: las bondades del libre mercado.

Y aunque para los diputados de derecha seguramente no es normal, pero así son las cosas, que el pensionado solo reciba el 35 % de su salario de los últimos diez años como pensión hasta cuando le dure el ahorro previsional, es producto del destino, por tanto el pensionado debe amarrarse el cincho, y aprender a vivir con la mísera pensión.

Hay otros problemas estructurales que la Gobernabilidad en el primer Gobierno no le permitió atacar con fuerza, con energía, a pesar de que algo se hizo pero fue de forma indirecta, más que acciones enfocadas a resolver el problema: sacar a todos los salvadoreños de la extrema pobreza y mover un buen porcentaje de pobres a clase media. Y cómo debió hacerlo, haciendo que quienes obtienen las mayores ganancias del ejercicio productivo pagaran más impuestos. Pero, para esto no había los votos, solo los de los diputados del FMLN.

En el segundo gobierno del FMLN no hubo oposición, sino BLOQUE TOTAL. En este bloqueo no solo participó la oposición legislativa, sino también la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que se puso a cogobernar a través de sus sentencias.

La primer estocada que la Sala le dio al gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén fue declarar inconstitucional el decreto que la Asamblea le aprobó para adquirir deuda por 900 millones de dólares. Eso paralizó temporalmente el quehacer cotidiano del quehacer en el Gobierno, sobre todo en el Órgano Ejecutivo.

Más adelante le declaró inconstitucional un mecanismo para financiar la deuda previsional, lo que llevó al Gobierno al impago con las secuelas consiguientes, en primer lugar, subieron todos los intereses que afectó a cada uno de los salvadoreños con deudas en la banca y con tarjetas de crédito. Pero, el Gobierno también fue afectado, pues tuvo que pagar 50 millones de dólares en intereses.

También la Sala de lo Constitucional le prohibió al Ejecutivo que hiciera transferencias de fondos de ministerio a otro, si es transacción no era autorizada por la Asamblea Legislativa, aquí se paralizaron las cosas o se retardaron lo suficiente como para que la ciudadanía se viera afectada y con la campaña mediática, le hicieron creer que los atrasos por la falta de dinero era porque se lo había robado o malgastado.

Todas las fracciones legislativas se cerraron filas para decir no a todo lo que provendría del Ejecutivo, hasta la ley de presupuesto tuvo retrasos enormes, con lo cual se seguía sacrificando al pueblo beneficiario de las obras. La carretera al Puerto de La Libertad y por consiguiente al bypass, tuvieron dos años de retraso debido a la oposición de los diputados de derecha en ratificar el préstamos y la donación que México otorgó al Gobierno para la construcción de esas obras.

Ahora, el gobierno del presidente Bukele no tiene ni oposición no bloqueo, es más, tiene una derecha legislativa muy condescendiente. A todo le dice sí de antemano. Y hasta hecha a un lado los procedimientos.

En el mes y medio de gobierno, el presidente Bukele no ha tenido ni una tan sola traba en lo que ha pedido, y tal como lo ha pedido.

Hace menos de quince días, en su primera cadena de radio y televisión, fustigó a los diputados para que al día siguiente le aprobaran 91 millones para financiar la segunda fase del nuevo plan de seguridad. Inmediatamente vinieron las presiones y los ataques contra los diputados en las redes sociales, y como respuesta varios diputados de derecha manifestaron que serían aprobados los 91 millones, sin reparar en los procedimientos legislativos.

Al día siguiente el ministro de Hacienda llegó a la Asamblea Legislativa a informar que dentro de quince días presentarían la solicitud de los 91 millones de dólares para la fase dos del plan de seguridad, no obstante desde la nueva lógica de la derecha legislativa, esto ya se da por  aprobado; esto no se puede considerar más que como condescendencia, que puede ser positiva o negativa dependiendo si esta elimina los procedimientos legales o inconstitucionales.

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