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Del desalojo en la Comunidad El Espino

Gracias a una oportuna intervención de la Corte Suprema de Justicia, search a través de una resolución de última hora de la Sala de lo Constitucional, viagra fue suspendido el desalojo judicial de casi un centenar de familias en una porción de más de una manzana de terreno, que fuera parte de la Finca de El Espino, más conocida como la “Comunidad El Espino”.

El desalojo judicial, sin lugar a dudas, deja al descubierto las profundas contradicciones entre la ley capitalista hecha por los capitalista y la justicia, lo que debería llevar a un profundo debate, el cual por supuesto, no pasaría de una buena intención en la actual coyuntura.

Así las cosas, lo menos que podemos desear es que este espacio de tiempo que permitirá la resolución de la Sala, al dejar sin efecto el acto reclamado, el desalojo, debería ser para dos cosas: por un lado, estudiar la posibilidad que los moradores de la comunidad se queden con sus paupérrimas pertenencias en la comunidad, esgrimiendo la Ley Especial para la Garantía de la Propiedad o Posesión Regular de Inmuebles (LEGPRI), dado que unos tienen hasta más de 25 años de residir en el lugar, y otro, que la familia Dueñas y el Gobierno y la Cooperativa el Espino,  les lograran buscar una solución digna de vivienda a todas las familias afectadas.

Es necesario decir, además, que el Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén ha ofrecido ayuda inmediata y mediata a los afectados, pero, como es de suponer, no depende solo del Ejecutivo. Además, tiene que ver con el tema de fondos, que, dada la situación de urgencia, algún rubro podría ser utilizado para ello.

Que bueno sería, por cierto, que la Corte Suprema de Justicia, dado que no ejecutará el 6% que por Constitución le corresponde, presentara una solicitud a la Asamblea Legislativa para que un porcentaje de lo que no se ejecute, se utilice para ayudar a estas familias. O que el Ejecutivo destine un porcentaje de los 50 millones de dólares ahorrados en el año que recién finaliza, para destinarlos al mismo propósito. Esto, por supuesto, son solo ideas tiradas al aire.

Lo concreto es que hay cerca de un centenar de personas con problemas de vivienda en esta zona, como las hay muchas familias, y que este Gobierno de izquierda, debe darle pensamiento para contribuir a resolverles la dificultad.

Es bueno recordarle también a los y las salvadoreñas, que los señores Dueñas, los antecesores de los actuales, por supuesto, se hicieron de muchas tierras, incluida lo que hoy se conoce como El Espino, gracias a una ley del presidente Rafael Zaldívar, entre 1878 y 1880, que expropió las tierras ejidales y comunitarias, para privatizarlas, con el objetivo de impulsar la caficultura.

Según la monografía “La República Cafetalera”, la familia Dueñas fue favorecida, en aquellos tiempos y con aquella ley, con 32 mil 520 manzanas. Entonces, si los Dueñas usufructuaron esa cantidad de tierras durante cien años, hasta 1980, cuando fueron afectados por la reforma agraria contra insurgente, lo lógico, por justicia, es que hoy beneficiara a esas humildes familias que ruegan no por un hogar, sino por un techo para desafiar la pobreza.

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