Doctor Hector Arce
“El Salvador del Mundo” es el punto de partida: al Norte la Majestuosa Iglesia San José de la Montaña, la zona que se conoció como “La Cruzadilla”, allí estaban las oficinas de “Núñez Arrué”, luego CIDEMA, distribuidora de automóviles Oldsmobile y otros que gerenciaba Don John Buchner; luego el Edificio Daglio, donde tuvo sus oficinas Don Mario Sol y sus hijos; el Castillo Venturoso, de un Señor Arrieta, hoy hay un Banco; también taller y oficinas de Don Juan Grané, donde compré mi primer auto marca Renault, en 1962. También está la residencia del Sr. Betancourt, del Ateneo, y la Academia de la Lengua Española, Sección El Salvador, luego el Café de Don Pedro. Al Sur, el área donde está nuestro estadium “Flor Blanca”, inaugurado por el Presidente General Martínez, para celebrar los Juegos Centroamericanos en 1934-35; venta de autos de Don Pepe Sabater, los Volvos; antiguo Hospital Militar y frente el gran Parque Cuscatlán y a continuación las oficinas e instalaciones de Co-Latino; el Hospital Rosales, cuyo terreno fue donado por Don José Rosales por consejo del Arzobispo Ungo y Viteri, inaugurado en los primeros años de 1900. Ya en la Calle Arce hacia el Centro oficinas de Don Marcelo Wolff y frente la Academia de Inglés del Británico Mr. Ian Armstrong; Así como la Villa Fermina, enorme propiedad de Cafetaleros Franceses aquí, hoy pertenece a la U. Tecnológica; allí estuvo el Partido PCN; sigue la Embajada Americana, donde me brindaron mi primer visa en 1961 para viajar a New Orleans; sigue el Bufete de un Abogado cuyo nombre no daremos pero le decían “Alacrán de Leña”, por su carácter; la clínica del Dr. Saúl Ruíz Rodas, Médico que fue de todos mis hijos
Le sigue la centenaria Basílica Sagrado Corazón y enfrente la Dirección General de Sanidad, hoy Ministerio de Salud Pública; la Residencia y Clínica del Dr. Goens y enfrente el Ing. César Sierra; luego la famosa Joyería “Valiente”, frente a la Joyería Residencia de la familia Dr. Romeo Fortín Magaña; Familia de Martita Ábrego, casada con el Dr. José Luis Urrutia; llegamos a la Librería de Don Otto Kurt Wahn, esquina opuesta otra venta de repuestos de Don Juan Grané y al Sur la Biblioteca y Librería de la U. de El Salvador, y como a 100 metros el Paraninfo de la Universidad de El Salvador, en donde por 1956 pronunció Conferencia el Jurista Cubano Andrés Valdespino, sobre “El Aborto Eugenésico, la Inseminación Artificial y la Eutanasia”.
Además, “La Universal” de autos Mercedes Benz donde trabajaba de Secretaria la que sería mi futura esposa y con quien me matrimonié en 1959, y ya el próximo año cumplimos 60 de estar juntos; frente a La Universal la Ferretería “El Chichimeco” y contiguo la venta de alfombras y adornos preciosos “Casa Hermman”; frente a Chichimeco Almacén Alaska y contiguo negocio de adornos de Don Humberto Alvarenga, quien a sus 65 años era el Campeón de “carambolas” (Juego de Billar). En la misma dirección la Farmacia Ábrego y frente el parqueo “Hula-Hula”, en donde habían varios negocios y se denominaba la zona “Cuneta Inn”, en donde vendían por 1 Colón dos tortillas calientitas con un pedazo de tasajo negro asado, y todos los Capitalinos llegaban Sábados o Domingos, hasta con cipotes de toda edad a saborear ese delicado alimento. Al Norte la Ferretería de Don Pablo Llort, Almacén Barocas, la Joyería Mexicali, Almacén Bicard y enfrente la Talabartería de venta de artículos de cuero con el famoso gran Lagarto colgando en la puerta del establecimiento; luego el Edificio San Carlos en donde de 1959 a 1961 trabajé en el Bufete “José María Méndez” instalado en el 4to piso del Edificio, allí estaba también el Bufete del Dr. Carlos Serrano García, Chalateco, hijo de Don Indalecio Serrano, que fue Secretario de la Corte Suprema unos 40 años; esquina opuesta al Edificio el primer supermercado del país “El Cochinito”; hoy pasemos al Almacén de aparatos domésticos “La Westinghouse”, dirigida por Mr. Jacoby.
Valga esta anécdota: en Dic. de 1961 acudí a dicho Almacén a solicitar crédito para una Refri y un TV, y me entrevisté con Mr. Jacoby, y él me preguntó cuánto ganaba, le contesté que 200 Colones y él me replicó que donde trabajaba, al contestarle que en el Bufete “Dr. José María Méndez” me puso la mano en la espalda y me dijo: con el gran Chema Méndez, ya estuvo el negocio; Señorita haga el Contrato y manden los aparatos a la dirección que dice este jovencito con letras de 35 Colones, Mr. Jacoby, allá por 1964, me descontó la última letra.
El Dr. Méndez me pasaba defensas de 200 a 1,000 Colones casi todos los meses pero de 5,000 para arriba eran defensas de dicho famoso Abogado. Aquí termino el asunto.