Dr. Héctor Mauricio Arce Gutiérrez
Del Sur a la Capital hubo personajes que le dieron altura al país. Salarrué residió en Los Planes de Renderos donde escribió muchas obras; también reside todavía el Dr. Rogelio A. Chávez, quien fue presidente de la Corte Suprema de Justicia; en Casa de Piedra los Auerbach. En calle antigua de San Marcos familia Dr. Ricardo Arbizú Bosque y Ernesto Arbizú Mata, compañero examinador de privados con Dr. Carlos Ramos Contreras en la U. “Quinta Figueroa” donde vivió el expresidente general Rafael A. Gutiérrez, tío-abuelo de mi madre Carlota Gutiérrez.
Se llamó Quinta Figueroa en honor al también expresidente Gral. Fernando Figueroa, casado con parienta del general Gutiérrez. familia Gil Majano; familias de Nelson García Córdova: hice reglamento de trabajo para la finca de su mamá; Ricardo Trigueros de León, gran literato y miembro del Tribunal del Saber junto con Dres. Monterrosa Gavidia, Manuel Vidal y Jorge Lardé y Larín, en vivo en YSU. Los Miranda Lupone, los Nussen y Dr. Roberto Masferrer de Medicina Legal en la Facultad; Dr. Arrieta Yúdice padre del colega Ernesto Arrieta Peralta.
Al Oriente del cuartel “El Zapote” Dr. Julio Domínguez Sosa Profesor de Derecho Indiano en la U; Ex Casa Presidencial, calle México, enladrillada, Domingo Arce y su hija Armida, parientes. Llegamos al hoy conocido “El Trovador”, La Guardia Nacional, la centenaria iglesia de Candelaria y próximo el parque Belloso donde por las tardes estudiábamos nosotros. Enfrente La sorbetería “La Crisálida” de la familia Hernández, allí vivían mis amigos Mauricio y Jaime Hernández, quien fue gerente de una aseguradora; al final de esa cuadra la famosa refresquería de Doña Paquita con las sabrosas ensaladas y horchatas.
A continuación el Dr. Julio Acevedo, noventón, quien ya caída la tarde se refrescaba en una mecedora y le decían Dr. Tutui, abuelo del colega Ricardo Acevedo Peralta. frente casa del Dr. Tutui el Dr. Carlos García Monterrosa.
Al Poniente Avenida España las oficinas de Don Paquito Sabater, de quien fui abogado muchos años. Subiendo siempre al Norte, el Club Marte, luego “Bar Negury” para “trasnochadores”, sigue el Teatro Apolo y en la esquina el edificio Ambrogi de pisos de madera, entre el Ambrogi y Apolo el billar “Florida” al que llegaban los estudiantes de la única y cercana Universidad de El Salvador (UES), entre ellos Mario Samayoa y Armando Rivas Chávez, cobrador del billar “Chilate”. Esquina opuesta residencia del Dr. J. Antonio Rodríguez Porth, luego el Banco Hipotecario, hoy Biblioteca Nacional presidida por el literato Manlio Argueta, frente el antiguo Casino Salvadoreño y esquina opuesta parque Barrios y Catedral Metropolitana, luego Teatro Nacional, donde el maestro de Teatro Paco García fumaba en su pipa; “El Bambú Room” también para “bolitos clareadores”, luego el restaurante Lutecia y diario El Mundo, enfrente el Cine Principal en el cual los lunes con un boleto se veían tres películas: diversión de ellas de 8 a 12 años películas de Pedro Infante, Jorge Negrete y Emilio Tuero y para nosotros películas de vaqueros con Bill Elliott, John Wayne y algunas veces Tiburones de Acero con Tyron Power; eran las esperadas y famosas TUSADAS.