Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
Los regímenes totalitarios tienen una fijación por el control social, dirigida al solo propósito de someter a la población objetivo.
Y ahí está el quid del tema: el sometimiento.
El sometimiento de la población objetivo es el solo propósito de una ingente inversión en medios de control social, que no se corresponden con la narrativa oficial que asegura que su implementación se hace para mantener a raya a infractores e irregulares, cuando en realidad el propósito es controlar y someter a toda la población.
Los así llamados inconformes, por ejemplo, de acuerdo a la doctrina seguida por los regímenes fascistas, tienen una moral no concordante con la del régimen, oponiéndose en plano a los valores doctrinarios que implementa en su intento por lograr alinear a la población objetivo.
Esta definición simple y, digámoslo, vaga y subjetiva, da lugar a que se implemente un modelo de control basado en el señalamiento, cuyos crudos efectos atroces, hemos todos observado en la implementación del estado de excepción, implicando la detención injustificada de un número significativo de ciudadanos, por diferendos personales, ideológicos, religiosos, económicos, etcétera, en un número que puede rondar incluso las 30,000 detenciones, de entre las cuales hasta 340 han sido asesinadas en los centros penales, de las cuales y en un porcentaje de hasta el 92% carecían de antecedentes penales como de ninguna relación con las pandillas, y cuyo número real de decesos bajo estas circunstancias podrían incluso ser hasta de 1500 de acuerdo a la oficina del alto comisionado de DDHH dependiente de las UN, cuyas familias no iniciaron ningún proceso por temor a las retaliaciones que para con los hijos menores sobrevivientes podrían derivar por parte del régimen.
Ahora bien, acá todos sabemos del uso del programa Pegasus contra comunicadores y periodistas con el ánimo de monitorear su actuar.
Este mismo programa, comprado por el ilegal régimen fascista que nos mal gobierna a Israel, fue usado además por Bolsonaro en Brasil, y se conoce que Miley lo usa ahora mismo en Argentina.
En este instante y para el caso, a Bolsonaro se le ha abierto un proceso legal por la utilización que hace de la información resultante en la planificación del asalto de sus seguidores al órgano judicial brasilero, como del intento de golpe de estado en contra de Lula, así como en la planificación directa de su asesinato y el de otras figuras del gobierno del PT.
En el país, ahora es de conocimiento público que el régimen hace uso de la información compilada por estos programas como aparentemente además por otros, para abrir expedientes persecutorios en contra de ciudadanos que le son indeseables, intelectuales, académicos, trabajadores organizados, defensores de derechos humanos, del medio ambiente, etcétera, con el ánimo de chantajearlos en primer lugar, y porque conforman en opinión del régimen, un riesgo existencial para sí, en razón de ser éste ilegal e ilegítimo.
Su propósito último, perpetuarse en el poder, continuar el saqueo, asegurarse su impunidad.
Depredar al soberano salvadoreño.