Los Angeles / AFP
Indocumentados detenidos en Estados Unidos, con condiciones médicas que los hacen vulnerables a contraer la COVID-19, exigieron el miércoles, en recurso ante una corte federal, su liberación de las cárceles migratorias donde se encuentran recluidos.
La demanda ante un tribunal de San Francisco, firmada por una docena detenidos y presentada por ACLU, la mayor organización de derechos humanos del país, argumenta que en las «condiciones de hacinamiento e insalubridad en las que no es posible el distanciamiento social» son más susceptibles a contraer este virus que ya mató a más de 800 personas en el país.
Diabetes, hipertensión, asma, colesterol alto y hasta tuberculosis son algunas de las condiciones que los demandantes padecen y, aseguran, los hacen susceptibles a contraer el nuevo virus.
La demanda contra la policía migratoria ICE exige su liberación de los centros de detención Mesa Verde y Yuba, ubicados en California.
«No hay justificación válida para encerrar a inmigrantes vulnerables y poner sus vidas en riesgo», dijo Manohar Raju, defensor público de San Francisco. «Ésta es una crisis sin precedentes que nos obliga a tomar medidas rápidas, antes de que sea demasiado tarde».
Danielle Bennett, portavoz de ICE, dijo a la AFP que la agencia «no comenta sobre litigios pendientes».
«ICE hace determinaciones de custodia todos los días, a veces liberando a la gente», por «una variedad de razones».
ACLU dijo incluso que una de los demandantes ya había sido liberada.
Unos 37.000 inmigrantes indocumentados están actualmente detenidos en Estados Unidos, que ha endurecido sus políticas migratorias desde la llegada al poder del presidente Donald Trump.
El martes, se informó del primer caso de coronavirus en un centro de detención: un mexicano de 31 años en Nueva Jersey.
El temor al coronavirus ha llevado a médicos, congresistas y militantes a pedir la liberación de los presos comunes que cumplen penas de cárcel por delitos no violentos o que estén cerca de terminar su condena.
Estados Unidos supera todos los récords de encarcelamiento del mundo con 2,2 millones de personas en prisión.