Caralvá
Intimissimun
Para nuestra generación del siglo pasado que vivimos la guerra civil en toda su bestialidad y sangriento acontecer, el Estado de Excepción es un apéndice de otros tiempos; pero al 4 de junio de 2022 la PNC afirma haber capturado a 37,015 terroristas, es un dato que nos llama a reflexión en nuestra realidad, este accionar es una réplica de los años ochenta, con la diferencia que existía un conflicto civil, ahora es otra guerra pero contra las pandillas, que en esencia son organizaciones armadas irregulares y terroristas, pero dentro de los capturados existen muchos inocentes que no pertenecen a ninguna estructura del crimen organizado, ni organizaciones delictivas.
Sabemos que ese trato represivo no será la solución definitiva, puesto que si a todos se les condena a 30 años, la carga logística de alimentación, medicina, educación o inserción será insuficiente, hablamos de aproximadamente dos o tres generaciones de salvadoreños en ese número de capturados, considerando la edad de realización en 25 años; la relación familiar de los privados de libertad pueden ser dos generaciones (padres e hijos que no se integrarán a la sociedad, ni serán productivos); además afectará a otros miembros familiares; en general es un drama social que hasta el momento solo tiene por realidad la represión.
El ejercicio de ubicarnos en esos 30 años de prisión es incierto, considerando 30 años en nuestras prisiones es casi una sentencia de muerte, con enfermedades crónicas, sin proyección económica, salud precaria etc. además por reportes de muertes a golpes de otros prisioneros, encadenamiento, torturas etc. éste panorama tiene un límite vital, las personas del exterior no podrán apoyarlos por mucho tiempo por su edad y otras circunstancias.
Vivimos una realidad grotesca con la destrucción de las instituciones, el nombramiento de magistrados, destitución de jueces, decreto de jubilación forzado, desempleo de empleados gubernamentales, escarnio público etc. poco queda de la sociedad democrática construida desde 1992, al menos cada vez es más evidente la defensa de los Derechos Humanos.
El Estado de Excepción nos expone a la prisión sin defensa jurídica, tal cual lo reflejan ahora los prisioneros políticos, que han vivido esa condición durante muchos meses, es un estado de riesgo permanente para los ciudadanos comunes y corrientes, en realidad la exposición parece casi un peligro mortal, como fue en otros tiempos ser capturados por los gobiernos militares del siglo pasado… ahora hablar de democracia y arte popular parece de nuevo subversivo, creo nadie desea ser héroe muerto, pero si ese es el precio… es mejor no tener deudas.
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