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Demócratas de EE.UU.: progresistas y moderados marcan sus diferencias

Prensa Latina
Washington. Las diferencias existentes hoy entre los aspirantes demócratas a la presidencia estadounidense se mostraron con fuerza en el inicio del segundo debate del partido, cuando candidatos progresistas y moderados contrapusieron sus visiones.
Entre las 10 personas que subieron anoche al escenario del Teatro Fox de la ciudad de Detroit, Michigan, se incluyeron las dos principales figuras progresistas entre los más de 20 aspirantes de la formación azul a la Casa Blanca: los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders.

Según el promedio de encuestas del portal Real Clear Politics, la legisladora por Massachusetts llegó a la discusión como la segunda demócrata mejor posicionada en la intención de votos, con un 14,8 por ciento del apoyo, mientras Sanders se ubicó justo a continuación, con 14,3 por ciento.

Tales números solo son superados por los del exvicepresidente Joe Biden, quien participará este miércoles en la segunda y última jornada del segundo debate demócrata junto a otras nueve figuras que buscan la nominación del partido para las elecciones presidenciales de 2020.

El hecho de que Sanders y Warren compartieran escenario despertó muchas expectativas por ver si apostarían por llamar la atención sobre los puntos en los que se diferencian, o si continuarían respetando el pacto de no agresión que han parecido mostrar en toda la campaña.

Finalmente ocurrió lo segundo, y en lugar de contraponer ideas entre ellos debieron enfrentar la arremetida de sus contendientes, quienes dedicaron una parte importante de la velada a cuestionar sus políticas con argumentos ya escuchados por parte de medios, analistas e, incluso, miembros del Partido Republicano.

Asuntos como inmigración, cambio climático, educación y, sobre todo, la cobertura de salud, generaron momentos de fricciones entre ellos y las figuras más centristas, quienes les criticaron a Warren y a Sanders tener políticas demasiado a la izquierda que llevarían a una reelección del republicano Donald Trump.

Una voz que se escuchó alto con esos pronunciamientos fue la del excongresista por Maryland John Delaney, quien arremetió contra los dos senadores al advertir sobre ‘políticas malas’ como Medicare for all (Medicare para todos), y acusarlos de querer dar todo ‘gratis’ y realizar ‘promesas imposibles’.

Medicare para todos propone una atención universal de salud a través de un solo plan administrado por el Gobierno que proporcionaría cobertura médica a todos los estadounidenses; mientras otros candidatos quieren una opción pública, pero que conviva con seguros privados.

El exgobernador de Colorado John Hickenlooper mencionó como un ‘desastre’ que el partido abogue por poner fin al seguro privado y que abrace el llamado Nuevo Acuerdo Verde, un conjunto de políticas destinadas a enfrentar el cambio climático y las desigualdades económicas, el cual es tildado de poco realista por sus detractores.

Asimismo, el gobernador de Montana, Steve Bullock, sostuvo que la discusión sobre descriminalizar los cruces fronterizos ilegales u ofrecer atención médica a los indocumentados está alienando a muchos votantes.

No podemos elegir un candidato en el que no creamos solo porque tenemos demasiado miedo para hacer otra cosa, respondió Warren frente a las críticas de ese tipo, y añadió que los demócratas ganan ‘cuando descubrimos lo que es correcto y salimos y luchamos por ello’.

Por su parte, Sanders comentó que sí puede ganar porque así lo demuestran las primeras encuestas en los llamados estados pendulares. ‘Estoy un poco cansado de que los demócratas tengan miedo a las grandes ideas. Los republicanos no temen a las grandes ideas’, expresó.

Varios medios estimaron que los dos mostraron desempeños positivos para sus aspiraciones, en especial Warren, de quien el diario The Washington Post dijo que tuvo una mejor actuación al enunciar sus propuestas políticas liberales y evitar los ataques de quienes la desafiaron.

Pero las discusiones de anoche también fueron vistas como una buena noticia para Trump y el Partido Republicano, al poner en boca de los demócratas, como señaló la propia Warren, argumentos empleados continuamente por la fuerza roja para atacar a la formación azul.

Ante todos esos factores, que pueden tomarse en cuenta a la hora de hacer cálculos o predicciones políticas, está por ver si resultaría útil para los demócratas prestar atención a unas palabras pronunciadas anoche en el debate por el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg.

‘Es hora de dejar de preocuparse por lo que dirán los republicanos. Es cierto que si adoptamos una agenda de extrema izquierda, van a decir que somos un grupo de socialistas locos. Si adoptamos una agenda conservadora, ¿saben lo que van a hacer? Van a decir que somos un grupo de socialistas locos’, sostuvo el alcalde.

Defendamos la política correcta, salgamos a hacerlo, no porque piense que es la triangulación adecuada entre los republicanos aquí y los demócratas allá, subrayó.

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