Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Abdera, here Tracia, sick c. 460 a. C. – c. 370 a. C.; le llamaban “el filósofo que ríe”.
Interesan sus frases, store así como sus propuestas sobre el sentido de la vida: “Los principios de todas las cosas son los átomos y el vacío; todo lo demás es dudoso y opinable”, “hay infinitos mundos, sujetos a generación y corrupción. Que de lo que no existe, nada se hace; ni en lo que es, nada se corrompe. Que los átomos son infinitos, tanto en la magnitud como en el número o muchedumbre. Que se mueven en giro y van por el Universo, con lo cual se hacen todas las concreciones de fuego, agua, aire y tierra, pues todas estas cosas constan de ciertos agregados de átomos, los cuales por su solidez son impasibles e inmutables. Que el sol y la luna son moles concretas de estos átomos llevados en giro; y lo mismo el alma, la cual, dice no es diversa de la mente. Que la visión se hace por las imágenes que caen en nosotros. Que todas las cosas se hacen por necesidad, siendo el giro (a quien llama necesidad) la causa de la generación de todo. Que el fin es la tranquilidad de ánimo, no la que es lo mismo que el deleite, como siniestramente entendieron algunos, sino aquella por la cual vive el alma tranquila y constantemente, y no es perturbada de algún miedo, superstición o cualquier pasión de éstas”. La llama también euesto (buen estado) y con otros nombres. Finalmente, las cosas que se hacen son legítimas; pero los átomos y vacíos son naturales”. (Diógenes Laercio)
Algunos estudiosos identifica claramente su tesis de la finitud, indicada en: “Preciso es que por medio de esta forma el hombre reconozca que está bien lejos de la realidad de la verdad” (cita de los presocráticos, J. D. García FCE, Méx. 1980), planteando un modelo de comprensión entre el ente y el no-ente. Estas discusiones distinguen que la humanidad crea proyecciones que solo son mitos (todo prodigio realizado por seres sobrenaturales –que al aceptarse evitan el trabajo de pensar-) Si alguna proyección trasciende la realidad entre los seres vivos es el individuo en su sociedad, los cuales deben morir por el Estado (Antigua Grecia), así su vida tiene proyección, tiene un sentido ético-político, esta acción nos ubica en extremos: la finitud al servicio de una sociedad o la vida del hombre extrañado de esa sociedad, contexto que refiere la discusión de la ciencia contra las supersticiones. Demócrito es el fundador de la ciencia, de ahí su comprensión de la finitud. A propósito de esas discusiones, quizás una cita nos ilustre: “sobre la muerte y la inmortalidad puede entenderse a la manera del filósofo Berlinger, como que la muerte es el paso que va desde la indeterminación de nuestra vida puesta ante opciones hasta lo definitivo, hasta lo que ya no es ente. Los asuntos humanos son posibilidades en las que siempre se presenta la opción. La muerte significa que ya no hay ninguna posibilidad, pero podemos preguntarnos si la ausencia de posibilidades es lo mismo que el no ser. No hablamos de la inexistencia, esto sí que la hay; en la existencia el hombre pone en práctica su libertad. Jan Patocka (El problema de Europa pág 281). Algunos filósofos incluso anotan que mientras estemos vivos: “estamos incompletos”, lo cual se logra al fenecer. Hegel afirma: “sólo el muerto tiene forma y figura”.
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