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Demonios en Tierra Santa

Isaac Bigio
Politólogo, economista e historiador

Sangre en días sagrados.

La llamada Tierra Santa ocupa menos de la milésima parte de la superficie terrestre. Esta debiera ser, por ello mismo, el territorio que más promueve la paz y la armonía entre los humanos. Sin embargo, ocurre lo contrario. Esta es la zona del planeta donde hay más armas nucleares en proporción a su área y población.
Son muy raras las ocasiones en las que las 3 grandes religiones monoteístas (las mismas que congregan a la casi totalidad de los creyentes de las tierras bíblicas) celebran al mismo tiempo festividades religiosas. La semana santa cristiana y las pascuas judías coinciden, pero ahora el Ramadán (el mes de ayuno musulmán) se ha adelantado para estas fechas. Pese a que ello debiera crear un cuadro de pacificación, ha ocurrido su negación.
Israel ha realizado ataques aéreos sobre sus 2 vecinos del norte (Líbano y Siria) y sobre Gaza, que está al suroeste. Su primer ministro Benjamín Netanyahu afirma que así busca restablecer la seguridad nacional y golpear a bases militares del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y otros enemigos árabes que han venido lanzando misiles sobre varias de sus ciudades.
Desde que Netanyahu retornó por tercera vez al poder el 29 de diciembre del 2022 hasta hoy han sido muertos (sobre todo a tiros) entre 90 y 100 palestinos, lo que hace que el 2023 se vaya convirtiendo en el año más violento del milenio.
Algo que incendió la actual mecha fue la represión desatada a muchos musulmanes cuando rezaban al inicio del Ramadán en el Domo de la roca y la mezquita Al Aqsa (el lugar más sacro del Islam fuera de la Meca y Medina).
Millones de mahometanos y árabes que vieron esas escenas, desataronprotestas. La zona reprimida es reverenciada por más de 1,6 mil millones de islámicos en el mundo. El jueves 8 fueron disparados a Israel 34 cohetes desde el sur del Líbano, la mayor ofensiva iniciada en este país desde que en 2006 se libró allí la guerra de 34 días entre Israel e Hizbola, el mayor partido-ejército libanés, el cual hoy allí cogobierna y está muy ligado a Irán.
El viernes 7 murió un turista italiano cuando su coche explotó en Tel Aviv y 3 mujeres anglo-israelíes fueron atacadas en los territorios ocupados al oeste del Jordán (2 hermanas murieron y la madre sobrevivió muy herida). Israel, EEUU y sus aliados acusan a estos ataques como terroristas, mientras que Hamas sostiene que no es el autor de estos, pero que los saluda.
El Gobierno más extremista de la historia de Israel.
El 14 de mayo Israel va a querer celebrar los 75 años de su proclamación como Estado. Empero, nunca antes, este ha tenido un Gobierno tan lleno de ultraderechistas, fanáticos religiosos y racistas, como el que acaba de posesionarse.
El 9 de abril se recordó el 75 aniversario de la masacre de Deir Yassin, en la cual entre 107 y 120 civiles palestinos fueron asesinados por partisanos ligados al Likud, el partido de Netanyahu. Entonces estas fuerzas ultraderechistas no tenían mucho peso y fueron descritas como terroristas (hasta por notables judíos como Albert Einstein y Hannah Arendt).
Desde que Menahen Begin llegó a ser Primer Ministro en mayo 1977, el laborismo perdió por primera vez el poder que controlaba ininterrumpidamente durante casi 3 décadas. De allí en adelante, el Likud con los primeros ministros Begin, Isaac Shamir, Ariel Sharon, Ehud Olmert y Netanyahu, se convirtió en la fuerza dominante del país, al cual han gobernado 35 de los últimos 45 anhos.
Netanyahu es la única persona que ha liderado a este país durante un quinto de su existencia (en 1996-99, 2009-20 y desde el filo del 2023 hasta hoy). No obstante, nunca antes lo ha hecho cogobernando con fuerzas antipalestinas tan extremistas.
En su segundo mandato, Netanyahu colocó a derechistas duros que propiciaban la limpieza étnica y la transferencia de árabes para crear un Israel religiosamente homogéneo. Uno de ellos fue Avigdor Lieberman, quien fue su número dos (viceprimer ministro) y también canciller. Lieberman encarnada a un bloque de inmigrantes ruso-hablantes seculares que aceptaba la creación de un Estado palestino (y hasta aceptaba entregarle a este parte del Israel pre-1967), pero a condición de que se incorporasen a las colonias sionistas en la Franja Oeste del río Jordán y se removiese del Estado hebreo a todos los que no fuesen «leales» a este.
Sin embargo, la actual camada de ministros ultraderechistas se diferencia de Liberman (quien hoy está en la oposición) en su fundamentalismo religioso y en su total hostilidad a permitir cualquier clase de Estado o autonomía palestinos (incluso a una muy reducida en territorios y poderes, tal como antes propuso Netanyahu).
El ministro de economía, Bezalel Smotrich, pide remover la ciudadanía israelí a muchos árabes, condena a los derechos LGTB y acusa a la justicia de ser muy liberal. El ministro del interior, Itamar Ben-Gvir, debutó en política en el partido Kach que fue ilegalizado en EEUU acusado de terrorista por organizar asesinatos a civiles palestinos. Hoy propone un Estado teocrático judío que anexe todos los territorios ocupados desde 1967, que no haya restricciones a los uniformados sionistas para disparar a los árabes, que se autorice a judìoas a rezar en la explanada de las mezquitas (provocando a los musulmanes) y que se desmantele a la Autoridad Palestina.
Dos congresistas oficialistas, los ultraortodoxos Moshe Gafni y Yaakov Asher, propusieron una ley para encarcelar a los cristianos que quieran hacer que judíos cambien su fe: “Cualquiera que persuada a una persona, directa, digitalmente, por correo electrónico, o a través de las redes, a convertirse, su sentencia será de un año de cárcel. Y si la persona fuera un menor, su sentencia será de dos años de prisión”. Netanyahu no acepta ello, pues implica chocar con los evangélicos, quienes superan entre 10 y 20 veces más a los judíos del resto del mundo como el principal soporte de Israel.
Perspectivas.
Israel no solo ha bombardeado Líbano, Siria y Gaza, sino que está entrando en conflictos diplomáticos serios contra el vecino con el cual comparte más fronteras: Jordania. El rey de esta nación, Abdalla II, quien custodia la administración de la Explanada de las Mezquitas, advierte a Tel Aviv de consecuencias catastróficas si se vuelven a irrumpir en estas.
Irán aprovecha esta oportunidad para buscar aislar a Israel en la región. Pronto sus aliados van a lanzar acciones en el día de Al Quds (Jerusalén). Teherán, por un lado, está logrando acercarse a su archirrival saudita para hacer que este reino se retire de Yemen y se logre cierta paz en dicho país, cuyos aliados gobiernan parcialmente, mientras que por el otro lado se prepara para una eventual guerra total contra Tel Aviv.
Mientras tanto, la ola de violencia entre árabes y hebreos ha ayudado a Netanyahu a desviar la mayor ola de protestas israelíes de este milenio (en la que cientos de miles de ellos tomaron las calles para impedir que el Gobierno restrinja la independencia del poder judicial y, con ello, se paralicen los juicios anticorrupción contra él y algunos de sus asociados).
Netanyahu está jugando con un fuego que le puede salpicar. El intento de crear una barrera inseparable entre semitas (hebreos y árabes) ha llevado a una situación en la cual la única solución posible a dicho diferendo es el establecimiento de una sola república democrática de todas las sangres, las etnias y las creencias.

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