Señaló que anoche el accionar desmedido y abusivo por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), brazo élite de la policía, dejó varios heridos de gravedad en Usme, en el sur de la capital.
Denunció de igual forma, las agresiones a la prensa y personas defensoras de los derechos humanos, a quienes los uniformados impiden su labor de verificación e intervención a favor del cumplimiento de los derechos fundamentales de quienes se manifiestan.
‘Urgen investigaciones penales en contra de los funcionarios de la fuerza pública que han cometido abusos de este tipo’, instó la red.
En tanto, el diario El Tiempo, confirmó que ‘un niño de 14 años se debate entre la vida y la muerte’ tras ser alcanzado por un proyectil de gas lanzado por el Esmad en la localidad citada, donde anoche decenas de personas salieron a protestar contra el gobierno.
También se determinó que hay otro menor de 17 años herido, añadió la publicación.
Según el diario, el general Jorge Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, señaló que se trabaja en esclarecer los hechos y advirtió que habrá sanciones disciplinarias si se comprueba la responsabilidad de algún agente.
Desde este jueves 28 de septiembre hasta altas horas de la noche, se registraron violentos disturbios en las localidades de Usme, Kennedy y Suba.
Por su parte, el concejal de Bogotá Diego Cancino subrayó por medio de su cuenta en Twitter que el Esmad llegó y no medió palabra con los manifestantes y la confrontación violenta inició al momento.
En este contexto vuelven a relucir los proyectos de ley propuestos por los senadores de oposición Iván Cepeda, Antonio Sanguino y Feliciano Valencia, que buscan el desmonte definitivo del Esmad.
Los congresistas aseguran que su permanencia está basada en la filosofía de los adversarios y por ello es necesario que este tipo de Escuadrón no funcione y mucho menos para evitar o combatir la movilización social.
A lo largo de 22 años, de existencia del Esmad, al menos 61 murieron y existen una gran cantidad de denuncias por abuso policial, exceso de la fuerza y delitos que pueden ser equiparables con la tortura, entre otros.