Gloria Silvia Orellana
@Redacción DiarioCoLatino
“Anastasio Aquino significa mantener un proceso de resistencia y significa mantener las demandas y exigencias en voz alta, no bajar el dedo del renglón que los Pueblos Originarios enfrentamos actualmente”, explicó, Manuel Fernández, delegado de la Federación de Pueblos Originarios del Sur.
En el departamento de La Paz y parte de San Vicente, entre los ríos Jiboa y Lempa, habitaba un grupo de guerreros que fueron inicialmente sus habitantes. Era la tribu de los Nonualcos, cuna de Anastasio Aquino (1792-1833), quien encabezó una rebelión indígena que inició en la hacienda Jalponguita, en Santiago Nonualco.
Y en el marco del 231 aniversario de su natalicio, AS-ARTE, la Federación de Pueblos Originarios del Sur y el colectivo Afrodescendientes de El Salvador, rindieron un homenaje a su legado de justicia y defensa de la dignidad del Pueblo Indígena del territorio nacional.
“De la patria celebran el bicentenario de fundación, pero son 200 años de la patria del criollo que nos ha vulnerado y empobrecido históricamente. Son 200 años que hemos sido invisibilizados y con el agravante de folclorizar nuestros saberes, identidad y minimizado nuestra presencia en los territorios”, señaló Fernández.
“Porque el salvadoreño promedio desconoce su identidad, su procedencia -claro- producto de la patria del criollo, y justamente esos imaginarios colectivos que se crean de una patria que nace el 15 de septiembre de 1821, es totalmente una mentira, porque ya existíamos, teníamos medicina, ciencia, idioma”, indicó.
Fernández señaló que al rememorar al tata Aquino, es fortalecer también la constante “resistencia” de los pueblos originarios desde 1524 , que es una fecha importante en los territorios por ser el primer registro de una batalla en el lugar que ahora se conoce como Acajutla, Sonsonate.
“A partir de esa fecha, se ha venido dando todo un proceso de resistencia que aún mantenemos 200 años después, y para presentar las exigencias actuales, como exigir al Estado y gobierno salvadoreño, a ratificar el Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), ya que somos el único país de Centroamérica que no ha ratificado”, agregó .
Fernández es consciente que esto no es una varita mágica que resolverá todos los problemas de los pueblos originarios en el territorio, pero es una llave que “nos permite abrir o cerrar puertas, conocer nuestra autonomía y autodeterminación como Pueblos Originarios y la adhesión del Acuerdo de Escazú en defensa de las personas defensoras y de los territorios”.
Rafael Moreira, en representación de Afrodescendientes de El Salvador, señaló como un “momento interesante” el contexto actual, porque el gobierno se encuentra impulsando la idea de consolidar municipios por motivos de costos, atentando contra identidades de algunos asentamientos de pueblos originarios.
“No han tomado en cuenta las raíces ancestrales, solo hablan de unir municipios por cuestiones económicas. Es solamente un unidad territorial y van a separar los esfuerzos que han venido trabajando y construyendo las poblaciones originarias del país, otro atropello más”, sostuvo Moreira.
Moreira sostiene que las respuestas desde el Estado salvadoreño son superficiales, como el intento de redactar una nueva Constitución en la cual, el tema de los Pueblos están “maquillados” y mucho menos habla de una verdadera visión afrodescendientes del país.
“Tacho” (Marvin Cerón), de la Federación de Pueblos Originarios del Sur, en el territorio de los Nonualcos y del Movimiento Autóctono Nonualco, afirmó que el 231 aniversario del natalicio de Anastasio Aquino, les permite expresar un planteamiento político sobre la lucha liderada por Aquino y su actualidad.
“Reconocemos, desgraciadamente, que a través de todo este tiempo que hemos tenido democracias frágiles o muy jóvenes, la visibilización de los Pueblos Originarios en el territorio ha sido escasa -por no decir- nula y con el fin de que olvidemos nuestro pasado”, acotó.
“El ejemplo de Anastasio Mártir Aquino de San Carlos, es que cuando estos grupos de poder -que son pocos- pero en la forma en que se dirigen el país, afectan a todo el país, pueden ser cuestionados”, agregó Cerón.
Hace más de 200 años, un indígena, un hombre agricultor retó al poder de ese momento y buscó cambiar de raíz un sistema, lo que consideró un legado histórico cuya enseñanza debe ser “que si hay voluntad popular y poder de los pueblos todo esto se puede revertir”, señaló.
“Creo que vamos por ese camino nuevamente porque no tenemos memoria histórica, y queda demostrado que si olvidamos nuestra historia, volveremos a repetirla y por los mismos errores. Como creer que nuestra clase política es la que debe hacer las transformaciones por un cambio y no es así. Es el pueblo el que debe organizarse y velar por sus intereses, solo el pueblo salva al pueblo, debemos tomarlo en cuenta”, acotó Cerón.
Hugo Vladimir Díaz, experto en arqueología y antropología, señaló como una constante la “usurpación e invisibilización del Pueblo Indígena”, desde un proceso sistemático de privar de la “identidad” de la población salvadoreña.
“Toda lo que tiene que ver con la negación del pasado es cortar la raíz más profunda de la sociedad salvadoreña y eso crea una nación sin memoria, que se traduce a repetir los errores que se han cometido en el pasado. Y lo que ocurre es que siguen cayendo en esos errores de forma más sistemática porque ya está bien orientada por las élites del poder”, afirmó.
“Es una gran pérdida, porque cuando todas las comunidades indígenas están en ese proceso de la invisibilización, se está perdiendo un conocimiento ancestral que tiene miles de años que es lo que llamamos memoria biocultural”, acotó Díaz.
Esa pérdida de la “memoria biocultural”, añadió el antropólogo, deja debilitada las alternativas y conocimiento de los pueblos indígenas que pudieron proteger el medio ambiente a través de milenios de extractivismo y explotación de la naturaleza.
“Cuando se crea El Salvador como Estado libre y soberano, el proyecto Estado-Nación se fundamenta en el criollo, entonces es la patria del criollo y todo lo que tiene que ver con el pasado pierde valor automáticamente”, indicó.
“Porque esa élite realmente intentan colocar en el imaginario colectivo, en ese nacionalismo, en esa patria que olvida. Es una nación basada en el olvido porque sus raíces ya no las sostienen y ahí tenemos todo este movimiento de lucha y resistencia”, reiteró Díaz.
En cuanto al sistema capitalista y la manipulación de la memoria, Díaz expresó, que el uso de la figura del “caudillismo” o el vaciado que hacen los partidos políticos en el Estado y su desfalco del Estado, es factible por esta “ausencia de la memoria histórica”. “Si la población no quiere volver su vista 40 años atrás, será mucho más difícil que esta población quiera ver más allá del 1821, esa es la base de la sociedad salvadoreña que resume en sí misma en los estadios históricos en que han participado y es lo que actualmente vemos como El Salvador”, acotó Díaz.
La Federación de Pueblos Originarios del Sur, en un pronunciamiento señala que el natalicio de Aquino une a Nonualcos, Mashuas, Texacuangos, Uluas, Kakawiras, Lenkas, Izalcos, Chortis, Pokomames, Chorotegas y Xincas. Asimismo, reitera el respeto por sus ancestros que fueron los primeros en andar estos territorios, que se reconocen como la “única luz de la humanidad y sensatez en el tejido de la vida”, por lo que expresan su rechazo a reducir los territorios administrativos por parte del gobierno.
La Federación reiteró el llamado a devolver los “territorios ancestrales” para consolidar una verdadero futuro para el Pueblo Indígena y Afrodescendientes.
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