La cuenta regresiva para los Juegos Olímpicos Tokio 2020 ha iniciado, pero los deportes de conjunto salvadoreños serán –de nueva cuenta– los grandes ausentes. Hasta el momento, Baloncesto, Balonmano, Béisbol, Softbol y Voleibol han quedado sin opciones, mientras que Fútbol deberá luchar con las potencias de la región por uno de los dos boletos a la máxima cita del deporte olímpico.
Eso sí, históricamente el Fútbol sigue siendo el único deporte de conjunto que ha representado a El Salvador en unos Juegos Olímpicos. Fue en México 1968 que el balompié dijo presente en la justa mundial.
Por lo demás, la tendencia se ha mantenido y, por ello, Diario Co Latino charló con algunas federaciones para conocer las razones por las que no se consigue clasificar a los olímpicos.
“De hecho, nunca hemos estado en Juegos Olímpicos porque no somos un deporte tradicional con respecto a los grandes países”, expresó Cecilia Hernández, presidenta de la Federación de Balonmano.
En la misma línea, Hernández considera que se necesita de una “fuerte inversión” para masificar el deporte y así identificar nuevos jugadores que representen al país en la alta competencia. “En Centroamérica somos la cenicienta en esta disciplina”, concluyó la federativa.
Por su parte, German Espinoza, gerente de la Federación de Béisbol, explicó que, además de la falta de recursos para masificar el deporte, el mayor obstáculo para los peloteros salvadoreños es eliminarse en una región en donde figuran Cuba, Panamá, Nicaragua y otras potencias beisboleras.
Además, estos países tradicionales en el Béisbol recuren a sus peloteros profesionales para hacerle frente a los tornes preolímpicos, situación que deja en amplia desventaja a El Salvador.
En tanto, Fabrizzio Hernández, vicepresidente del COES, estimó que la no clasificación de los deportes de conjunto a los Olímpicos se debe a “la falta de identidad con el país, el municipio, la familia, la universidad, el colegio, el grado, el maestro y con uno mismo”.
Y redondea su opinión con que “perder tan fácil significa no tener motivo para luchar”.