Álvaro Darío Lara
Escritor y docente
A solicitud de algunos lectores (entre ellos Monseñor Perpetuo Rodríguez, principal animador de la Cofradía del Divino Miembro), deseosos de conocer sobre la historia deportiva de pueblos y ciudades del país, cedemos una vez más cámaras y micrófonos al tecleño memoriosos, don Marlon Chicas, quien extrae del baúl de sus recuerdos, esta joya del ayer, mientras degusta una taza de humeante cafecito con pan, escuchémosle devotamente: “Rememoro que en la finca “San Antonio El Quequeisque”, surgió la idea de fundar un equipo representativo de la ciudad por parte de su propietario el filántropo Walter Soundy.
Se comenzó con jugadores propios de la finca, los cuales años más tarde serían sustituidos por foráneos con mayor experiencia, llegando a ser conocido como el equipo de “La Hoja Brava QQQ” que es la contracción del nombre de la finca. De ellos, al único que conocí, fue a “Calín” Chicas, quien no es mi familiar, sino el tío de los famosos “Chocoyos” del barrio “El Calvario”, quienes sí eran conocidos míos y con quien nos identificamos como “primos”, por nuestro venturoso y romántico apellido.
No puedo olvidar a las glorias del enceste, como el recordado José Adolfo “Chorro de humo” Pineda; José Domingo Chávez Aguilar conocido como “Chomingo Chávez”, quien fuera alcalde en 1974; el doctor Fabio Hércules Pineda y sus hijas, también destacadas basquetbolistas.
En la década de los ochenta surgieron otras figuras como “Coqui Yada” de origen palestino, quien defendió los colores, por muchos años, del Colegio Santa Cecilia, entre otros; Yanira Melara y otra pléyade de jovencitas del Colegio Fátima, quienes después dieran brillos al equipo “Martin´s Sport”, propiedad del ya ausente, Kike Samour. Como entrenador, vaya también este homenaje, al profesor Francisco Humberto Lara.
En cuanto al físico-culturismo recuerdo al doctor Jafet, de origen palestino, quien ahora ejerce la odontología en las cercanías del Paseo El Carmen. En el béisbol sobresalió, también en los años ochenta, el equipo Lincoln, quien obtuvo muchos premios a lo largo de su larga existencia. En el fútbol de esa época, aparecieron personajes como el famoso Alfonso Castro Borja mejor conocido como “Papo” Castro Borja y a “Guayo” Hernández, portero de la selección salvadoreña que clasificó para el famoso Mundial de España 82.
En el ciclismo, la dupla de los chinos Rosales, constituida por Carlos y Walter, gallardos campeones. La lucha también tiene sus glorias: don José María Velásquez, mejor conocido como “El Gran Chema” o “La Montaña Tecleña”, un verdadero titán del ringside salvadoreño, así como Salvador Pérez, el famoso “Vikingo”, quien actualmente reside en San Juan de Puerto Rico. En el mundo del karate brillaron muchos jóvenes, quienes eran dirigidos por el profesor Orellana, quien hasta hace algunos años mantenía su escuela al final de la Calle Ciriaco López. Todos y cada uno de ellos y ellas han sido luminarias portentosas de la Ciudad de las Colinas, disculpas por las omisiones involuntarias y éxitos a las estrellas actuales”.
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