Roxmery López/Josué Parada
@DiarioCoLatino
Con gran esfuerzo, try las manos de Daysi Candelario de Salinas moldean afanadamente pequeñas porciones de harina de pan, viagra sale rodeada por implementos de cocina, recipe un horno y un sinfín de esencias e ingredientes que agregan el toque culinario a su creación.
Su dedicación se ve reflejada horas más tarde, cuando al abrir el horno sus creaciones se han convertido en deliciosos pastelitos, los cuales contienen en su interior un tradicional relleno, resultado de la combinación de la piña y el dulce de panela.
Desde hace más de 12 años, la piña y sus derivados se han transformado en ingredientes esenciales en la cocina de Daysi, la cual ha trascendido su casa para convertirse en un negocio familiar llamado “La Ostumeña”; este fruto, propio de climas templados, se ha vuelto el producto que identifica al municipio de Santa María Ostuma, departamento de La Paz.
“Elaboramos pastelitos de piña, tamales, chicha, jalea y dulces de piña, lo tradicional es que lleva el dulce de panela y la piña”, manifiesta Daysi, mientras verifica el sabor de lo cocinado.
Las piñas son cultivadas en vastos terrenos del municipio, lo que provee de trabajo a una gran cantidad de habitantes, logrando incluso organizarse para obtener mejores cosechas. La Asociación Salvadoreña de Productores de Piñas, APPES, es un ejemplo de agrupaciones de agricultores que cultivan dicha fruta para luego procesarla y comercializar sus derivados.
La micro empresa “La Ostumeña” es apoyada por la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa, CONAMYPE, que a través de asesorías y capacitaciones apoya a los micro y pequeños empresarios de 44 municipios del país que se han visto beneficiados por la estrategia económica “Un Pueblo, Un Producto”.
“Tener nuestra micro empresa ´La Ostumeña´, desde hace ya ocho años, significa que como familia podemos salir adelante ofreciendo a la gente los derivados del pueblo, a partir de que la piña ha sido desde siempre nuestro producto identitario. Por lo que al comercializar nuestro productos poseemos un ingreso económico que no teníamos”, aseveró Carlos Eduardo Campos, presidente de “La Ostumeña”.
En ese sentido, CONAMYPE desarrolla desde 2010 el movimiento “Un Pueblo Un Producto” bajo tres principios fundamentales: pensar global, actuar local; autonomía y creatividad; y desarrollo del recurso humano. Esto bajo la articulación de distintos actores dentro de los territorios.
“Este proyecto, Un Pueblo Un Producto, no se rige a una metodología definida por lo que ha podido expandirse a muchos países a la situación económica social de cada uno de ellos”, indicó Tomonori Uchikawa, experto de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, JICA, y experto en el movimiento Un Pueblo Un Producto.
Esta iniciativa económica no se limita a productos gastronómicos sino a una variedad de comercio que cada pueblo ofrece, entre los cuales están las artesanías, el turismo, la arqueología, la agroindustria y la cultura; dichos productos representan la identidad de cada pueblo.
“El país muchas veces no se da cuenta de valor que tenemos, y es así que CONAMYPE nos ha venido a potencializar en reconocer lo que tenemos y en expandir nuestro producto. La gente nos va conociendo y se va incrementando las demandas del producto y sus derivados”, explica Campos.
Por lo tanto, Campos afirma que los derivados que surgen de la piña han marcado una diferencia en el sentido económico, ya que ha incrementado la producción de esta fruta, así como la conservación de la misma. Es decir, los productores garantizan al visitante más producción de piña por más tiempo.
Asimismo, en este colorido municipio y rico en gastronomía, los productores cuentan con tres variedades de piña: la “Golden”, de Castilla y Azucarón (las últimas dos son variedades criollas, propias de Santa María Ostuma). De tal modo, la piña más utilizada es la “Golden” que, aunque no es una variedad nata del pueblo, les ha permitido potencializar el comercio en este municipio.
“La variedad Golden es bien dependiente de su fecha de cultivo. Si uno la siembra en cierto mes, de 12 a 15 meses después ya se tiene cosecha. No importa en qué fecha se siembre”, añadió Campos.
Por lo tanto, los productores de piña se sienten beneficiados con el proyecto “Un Pueblo, Un Producto”, ya que pueden ir a diferentes ferias y encuentros para dar a conocer qué es lo que los identifica como pueblo, qué es lo que los diferencia de otros municipios. De acuerdo a esto, la cantidad de visitantes ha incrementado en dicho municipio, ya que más personas se han interesado por consumir la piña y sus derivados. Actualmente se realiza el Festival de la Piña en el mes de junio de cada año.
“Nuestras últimas dos ferias de las piñas que realizamos anualmente en el mes de junio, han contado con una afluencia de más de 20 mil visitantes, durante los dos días que estas ferias duran. Eso para nosotros como pueblo es sorprendente, ya que durante mucho tiempo estuvimos desapercibidos”, agregó Campos.
Muchos de los habitantes de Santa María Ostuma le están apostando más a la producción de la piña, están sembrando sin miedo, a raíz de los buenos resultados que han obtenido con los derivados de dicho fruto, mediante los proyectos autosostenibles que CONAMYPE está encaminando mediante la estrategia “Un Pueblo, Un Producto”.
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