Por Mauricio Rabuffetti
Montevideo/AFP
El Mercosur sigue estancado y sin consenso sobre el traspaso de la presidencia rotativa del bloque a Venezuela, tras un tenso encuentro de cancillerías celebrado en Montevideo este lunes.
Al término de lo que el canciller anfitrión, Rodolfo Nin Novoa, calificó como una reunión «informal», que según su par venezolana Delcy Rodríguez no se realizó porque los representantes de Brasil y Paraguay «no quisieron darle la cara a Venezuela», el desacuerdo fue confirmado por los socios fundadores del grupo.
En una mesa ante periodistas, Nin Novoa, el canciller paraguayo Eladio Loizaga, el vicecanciller argentino, Carlos Foradori, y el subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería brasileña, Paulo Estivallet, indicaron que las diferencias persisten y que pasan a un cuarto intermedio para discutir con sus gobiernos.
«Cada uno de los países está manteniendo su posición», dijo Nin Novoa.
«Nos hemos en consecuencia dado un plazo hasta el próximo jueves, un cuarto intermedio, para que se hagan las consultas necesarias entre todos los países», añadió, señalando que las consultas irán ahora «un escalón más arriba», a los presidentes.
La declaración de partes desmiente a la canciller venezolana, quien minutos antes había señalado a periodistas que «será entregada en los próximos días la presidencia pro témpore a Venezuela por parte de Uruguay».
Nin Novoa fue claro en señalar que el bloque sigue «discutiendo» y «analizando» sus opciones. Aunque la postura de su país, actual presidente pro témpore del grupo, es de que Venezuela asuma esa posición, dejó claro que cada socio sigue en su tesitura.
Brasil quiere que se postergue hasta agosto la discusión del traspaso y su canciller, José Serra, manifestó la semana pasada en Montevideo «preocupación» por la situación en Venezuela.
Paraguay, por su parte, ha señalado reiteradamente que considera que el gobierno de Nicolás Maduro busca silenciar al Parlamento.
«(Queremos que) el que nos represente tenga las credenciales que exige el Tratado de Asunción», reiteró el lunes el canciller paraguayo.
El presidente argentino, Mauricio Macri, ha sido también muy crítico de la situación en Venezuela. El gobierno venezolano de Maduro «ha violado todos los derechos humanos» y «llevado a la hambruna y al abandono a la población venezolana. Por eso necesitan un referéndum, necesitan ir a elecciones lo más rápido posible», dijo al diario español ABC.
La reunión que no fue
La declaración, en la que cada país reiteró su posición y animó al diálogo en el seno del bloque, terminó por desmentir las afirmaciones hechas a la prensa por Rodríguez, quien aseguró que un traspaso del trabajo de coordinación a su país había sido acordado con Uruguay.
Nin Novoa insistió en que esa decisión debe surgir de un consenso.
Rodríguez incluso dijo que el canciller paraguayo y el representante brasileño para la cita «se escondieron en el baño» y «no quisieron darle la cara a Venezuela».
«Si estuvimos en el baño es porque la necesidad fisiológica nos ha llamado», le respondió el ministro paraguayo.
El Mercosur atraviesa una de sus peores crisis tras una época difícil de relaciones comerciales entre los socios del grupo, fundado en 1991.
El traspaso de la presidencia pro témpore de seis meses, que según la normativa interna correspondería a Venezuela, que sigue a Uruguay por orden alfabético, se ha convertido en motivo de agria discusión y ha expuesto las diferencias entre los gobiernos que lo componen.
Venezuela ingresó al bloque como miembro pleno en 2012, en una cumbre realizada en Argentina en la que no estuvo Paraguay, entonces suspendido tras el proceso parlamentario que destituyó al izquierdista Fernando Lugo de la Presidencia.
El Congreso paraguayo era el único que no había aprobado el ingreso de Venezuela y su voto era el único requisito restante para que Caracas se integrara al Mercosur.
Esta crisis se produce en un momento delicado para el bloque regional, que relanzó la negociación de un tratado de libre comercio con la Unión Europea.