Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Benito Márquez Chicas ha llegado a la plaza central del caserío El Mozote, quien reacciona al escuchar la cifra de mil personas asesinadas ese diciembre de 1981, a manos de un combinado militar de la Fuerza Armada en que destacó el batallón Atlacatl, y coronel Domingo Monterrosa, que lo comandaba.
“No son mil, son tres mil personas porque en este monumento están solo los que se lograron reconocer, los que pudieron contarse, los que mataron afuerita de los alrededores son más. En esos tiempos no se podía decir nada, porque si uno hablaba de las autoridades lo mataban a uno. A mí me mataron cuatro hermanos, y si estoy vivo con mis hijos, fue porque los saqué de aquí ocho días antes. Mi padre Carlos Chicas había fallecido recientemente, estábamos haciéndole la novena, cuando supimos de esos operativos que venía haciendo el ejército. Mis hermanos se quedaron, porque no creyeron que iba a pasar eso (la masacre) porque había mucha gente y así mucha gente, esa es la verdad. En el convento mataron solos a los niños, a los demás los hicieron grupo y los mataron en los alrededores, ¿cómo íbamos a denunciarlo?”, manifestó.
Y agregó, en cuanto a la visita de diciembre pasado del presidente Nayib Bukele a El Mozote: “Ese hombre está loco, vino con un montón de helicópteros aquí, como si fuera la guerra… ¿Por qué vino hacer eso?, él vino a insultarnos directamente y a las organizaciones de derechos humanos, que nos apoyan a nosotros. Los demás presidentes o vinieron por tierra y su seguridad o traían solamente un helicóptero, pero este trajo un montón como en la guerra. Y claro hay que gente que lo apoya –eso lo sabemos- pero nosotros las víctimas con eso que vino hacer luego de ofrecernos ayuda y no lo hizo. Porque nosotros perdimos todo y somos pobres y todavía viene a insultarnos. Somos pobres, ya no podemos trabajar, entonces con qué nos va apoyar realmente”, manifestó Márquez.
Con una acto ecuménico y cultural bajo el lema “¡Ni la guerra ni los Acuerdos de Paz son Farsas!”, ACISAM, ANADES, ARPAS, CEBES , FESPAD, CONFRAS, CRIPDES, FUNDAMHER, Colectivo de Derechos Humanos “Herber Anaya Sanabria”, Colectivo Pro Rescate de la Memoria Histórica “El Volcancillo”, y el Colectivo Romeriano “Padre Neto Barrera”, junto a población civil, honraron la dignidad de las víctimas de la Masacre de El Mozote y sitios aledaños, en el marco de la conmemoración de la firma de los Acuerdos de Paz, el 16 enero de 1992.
David Ortiz, abogado de la Dirección de Acceso a la Justicia, de FESPAD, señaló que la relevancia de la firma de los Acuerdos de Paz, en enero de 1992, fue la capacidad que tuvo el pueblo salvadoreño de poner fin a un conflicto armado y construir un futuro.
“Esa guerra que costó 75,000 muertos, un millón de desplazados y más de 10,000 personas desaparecidas, es por esto, que asistimos a este acto de desagravio en El Mozote, para decirle al país y el mundo que las víctimas tienen memoria, que el pueblo tiene memoria y que los hechos del 16 de enero de 1992 han significado una oportunidad de poder establecer bases de una sociedad distinta y tengamos presente que la guerra se generó por distintas causas, entre ellas, la pobreza, la confrontación política, la miseria, la falta de la libertad de expresión. Y mucho cuidado, de regresar ese rol que tuvo el ejército antes”, sugirió.
Asimismo, desestimó las declaraciones presidenciales sobre que el conflicto armado y los Acuerdos de Paz, “fueron una farsa”, tras aclarar que ningún partido político o funcionario público, puede cambiar la historia de un país a su antojo, teniendo cuidado de no perder la memoria colectiva.
“La memoria tiene que ver con todas esas cicatrices que generó el conflicto armado, en El Mozote y sitios aledaños, se cometió la masacre más grande de Latinoamérica, esa es nuestra memoria. Y nuestra historia -nos dice- que esto aún no ha sido juzgado y que los gobiernos de ahora y de antes han defendido a los responsables de esta masacre y al actual presidente Bukele, le cabe la responsabilidad de cumplir con sus obligaciones, de no hacerlo se convierte en cómplice de las personas que cometieron las masacres, y pongamos atención este discurso que vino a dar en El Mozote, se dio en el contexto electoral”, argumentó.
“Su deber es propiciar la reconciliación de la sociedad salvadoreña, aún inconclusa”, señaló Mirna Perla, del Colectivo de Derechos Humanos “Herbert Anaya Sanabria”, quien tuvo a cargo el pronunciamiento de las organizaciones que participaron en el acto de desagravio.
“Rechazamos todo intento de borrar su sacrificio y aportes a la historia, o disminuir los horrores de la dictadura militar y la guerra de doce años, que desató en nuestro país. En este sentido, nos sentimos profundamente agraviados por las declaraciones del presidente de El Salvador, quien el pasado 17 diciembre, de manera irrespetuosa y ofensiva, calificó esta guerra que tanto costo social ha tenido para nuestro pueblo y a los Acuerdos de Paz, como farsa y vino a decir tal barbaridad en este lugar sagrado de nuestra memoria histórica: El Mozote”, afirmó.
Sobre los Acuerdos de Paz, Perla reiteró que la importancia que reviste la fecha se vincula a las grandes reformas constitucionales y acciones, como el desmontaje de la “dictadura militar”, y las bases para construir una sociedad más inclusiva y honrar la dignidad de las víctimas.
“Como primer mandatario del Estado, le exigimos enaltecer al pueblo, no degradarlo. Ayudar al pueblo a salvaguardar su memoria, no borrarlo con su brocha de vilipendios. En este sentido, llamamos al presidente Nayib Bukele a disculparse por su contundente ultraje a las víctimas y sobrevivientes de violaciones de los derechos humanos”, puntualizó.
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