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Rosario Rivas
Redacción Nacionales
“Que triste se ve esto…”, fue la expresión de un señor de avanzada edad, que caminaba por la calle Gerardo Barrios, en las cercanías del mercado Central, al observar el desalojo de los puestos de vendedores informales de la zona.
Los desalojos de vendedores informales en el centro de San Salvador han estado a la orden del día en todos los gobiernos, sin embargo, en esta gestión el dejar “limpia y bonita” la ciudad ha sido la prioridad, para que sea atractiva, no para la población en general, si no para la inversión China u otro inversionista que tenga el capital suficiente para poner sus “super” negocios, expresó uno de los vendedores afectados.
Sin embargo, “Esta es la dura realidad que nosotros elegimos”, agregó un transeunte y recordó una de las frases que dijo el presidente inconstitucional Nayib Bukele en la toma de su segundo mandato que “el pueblo debe defender las decisiones que se tomen a capa y espada sin titubeos”, y a los presentes a la palza los hizo jurar que defenderían el proyecto de nación siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos sin quejarse.
Para algunos sectores, estos desalojos, enmarcados en el plan de revitalización del Centro Histórico, son correctos porque consideran que la limpieza y modernización del centro está ligado al desalojo de los vendedores.
Para otros con estas medidas les “están quitando el sustento a centenares de familias”, sobre todo, porque estas acciones dejan a los comerciantes sin alternativas para continuar, al no asignarles nuevos espacios donde puedan poner sus ventas, aunque el alcalde capitalino dice, que “tienen todos los mercados a disposición”.
Los desalojos iniciaron en la 4.ª y 6.ª calle poniente, en el Centro de San Salvador, el pasado sábado, ya que el 27 de febrero recibieron un aviso de la alcaldía de San Salvador que tenían un plazo de 72 horas, para retirar sus puestos y mercancía, por lo cual, pusieron en liquidación los productos a fin de recuperar una parte del dinero invertido, en zapatos, ropa, útiles escolares, mochilas, frutas, verduras, medicinas, y otros artículos.
Sumado al desalojo la población también se enfrenta al cierre de calles, que tendrán acceso restringido por el desmontaje de los puestos, pero también por el cableado subterráneo, que es parte de la revitalización del centro de San Salvador y que ocasiona tráfico y polvo.
En el caso del tráfico, la denuncia específica es sobre la falta de gestores de tránsito en la 17 avenida sur y norte, dado que a partir de allí la cuarta y segunda calle oriente están cerradas, por tercer día consecutivo, y que ha ocasionado un caos vehicular. Afectando también la calle Arce.
En general, el perímetro del Centro Histórico ha sido cerrado, este se extiende por 6 manzanas, desde la 4° calle Poniente, 5° avenida Sur, 7° avenida Sur, 9° avenida Sur, pasaje Guatemala, 4° y 6° calle Oriente, calle Gerardo Barrios y pasaje Colombia.
Los peatones tendrán que circular por algunas vias alternas que dispone la alcaldía en el momento en que se se realizan los trabajos sobre la 4° y 6° calle Poniente, la calle Gerardo Barrios, la calle Rubén Darío, la avenida Cuscatlán, entre otras.
Los comerciantes desalojados han manifestado que las tarifas en los diferentes mercados de San Salvador, donde presumiblemente serán reubicados, como por ejemplo el mercado Hula Hula son demasiadas altas, y les es imposible pagarlas porque están fuera de su alcance.
