Ramón D. Rivas*
Veámoslo así, treat un homenaje a los niños desaparecidos durante la guerra civil que vivió El Salvador en la década de los años 80, es un hecho que marcará la historia reciente de nuestro país, porque con ello se demuestra el avance y fortalecimiento que ha tenido nuestra democracia en los últimos 23 años luego de la firma de los Acuerdos de Paz hecha entre el gobierno de la república y el FMLN. Sin duda alguna tenemos que seguir avanzando más en el fortalecimiento de la democracia salvadoreña; y para hacerlo tenemos que conocer nuestro pasado, saber los errores políticos y sociales que se cometieron en el país; conocer como se resolvieron y quienes fueron las víctimas y victimarios de esa guerra que agobió a toda una nación. Desde esa perspectiva, conmemorar el Día Nacional de la Niñez Desaparecida debe ser motivo propicio para conocer cuáles son las atrocidades que conllevan los conflictos armados en un país, y cómo la niñez es víctima de la guerra misma. De ahí que todos los que nacieron después de la firma de los Acuerdos de Paz, deben cuidar, valorar y fortalecer nuestra democracia, porque ésta fue construida con el llanto de muchas mujeres que perdieron a sus hijos; sobre la sangre de miles de hombres, mujeres y ancianos que se enfrentaron unos a otros para defender sus ideales o exigir sus derechos como personas y ciudadanos; sobre el dolor y el miedo de miles de personas que desaparecieron por el simple hecho de pensar diferente al sistema político que imperaba en esos años. Fueron años muy difíciles que mañana (viernes 6 de marzo) los recordaremos con la obra de teatro DESAPARECIDOS: Ecos de la memoria, la cual es interpretada por jóvenes que reencarnan ese dolor, ese llanto, esa desesperanza y esa angustias causada por el miedo, el terror y la exclusión, y que sin duda alguna fueron vividas en carne propia por sus abuelos, sus padres, hermanos mayores o alguno de sus familiares o amigos cercanos. He visto ya la obra recientemente en una visita que he realizado a El Mozote y verdaderamente me ha impresionado. Pero también sus actores, todos jóvenes que me dio la impresión que con su acto querían decirnos NUNCA MÁS. Y es que DESAPARECIDOS rescata esa memoria histórica que ha estado en silencio por muchos años, pero que ahora alza su voz para hacer eco y conciencia social, para sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la importancia de los valores y principios morales, éticos y políticos para resolver las diferencias de opinión que tenemos los seres humanos como entes pensantes. Esta obra debe hacernos reflexionar sobre el dolor que aún pesa en muchas madres, padres y familiares de esos niños y niñas que desaparecieron sin dejar rastro alguno. Pero ese dolor le sirve a muchos de ellos como un camino para enseñarnos a ser fuertes y a no dejar que la locura de la guerra vuelva a reinar en nuestra sociedad. Como lo dijo Concepción Arenal: “El dolor, cuando no se convierte en verdugo, es un gran maestro”. Y créanme que es un gran maestro para muchos pobladores de los caseríos como Cerro Pando, cantón La Joya, caserío El Barrial, El Mozote y Arambala ya que ellos, a través del rescate de esos hechos históricos, son consientes del dolor que les provocó el asesinato de sus seres queridos. Esa conciencia y ese rescate de la memoria histórica que estamos impulsado en la zona, ha llevado a muchos jóvenes a especializarse en diferentes disciplinas artísticas como el teatro, la danza y en la elaboración y manejo de títeres. También, este año vamos a apoyarles, como Secretaría de Cultura, en la conformación de grupos de música andina y vernácula para que puedan valerse por sí mismo y que puedan expresarse por medio del arte, sobre todo, para que esos recuerdos y el dolor que vivieron sus familias en la época del conflicto armado no quede en el olvido. Este año vamos a apoyar en la gira de los grupos artísticos y del grupo teatral el Mozote por diferentes escenarios a nivel Nacional. Esta obra también trata sobre la masacre suscitada en ese lugar y es producida por nuestro director de Casas de la Cultura, César Pineda, en colaboración con el equipo teatral de México y la Asociación ESCÉNICA de El Salvador. Este es nuestro apoyo como Secretaría de Cultura de la Presidencia en coordinación con la Asociación Promotora de Derechos Humanos de El Mozote, y como lo anunciamos en su debida oportunidad, vamos a instalar una Casa de la Cultura en la comunidad, con el fin de acompañar permanentemente a sus pobladores en el rescate y preservación de la memoria histórica de la localidad, todo en el marco del Programa de Desarrollo Integral para la Reparación de daños a las víctimas de la masacre del Mozote y lugares aledaños; sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos la obra Desaparecidos, esa riqueza cultural que tiene El Mozote en materia del arte; también a elenco de teatro de la Universidad de El Salvador por formar parte del cuerpo escénico de 34 actores que hoy nos Humanos. Aprovecho la oportunidad para anunciar a los lectores que estaremos apoyando los trabajos de restauración del monumento de El Mozote y la realización del Mapeo de los sitios históricos de la zona para establecer la memoria histórica de ese caserío. En su oportunidad ampliaremos este anuncio. Pero además quiero, por este medio de comunicación escrita y digital, agradecer al director nacional de las de Cultura Casas de la Cultura Viva Comunitaria, César Pineda, por haber plasmado en harán revivir este hecho histórico de mucho dolor; a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos por apoyarnos en esta obra.
*Secretario de la Presidencia.