Argel/AFP
El desarrollo es la clave para resolver los problemas de seguridad y migratorios en la región del Mediterráneo occidental consideraron, en Argel, los jefes de las diplomacias del «Diálogo 5+5», que reúne a diez países de la región.
En su declaración final, los ministros de Exteriores de los diez países (Argelia, España, Francia, Italia, Libia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez) reunidos este domingo en la capital argelina, subrayan «el vínculo estrecho entre la migración y el desarrollo» y dijeron querer «trabajar por una migración segura, regular y bien gestionada».
«Subrayan la importancia de la promoción de proyectos que tengan impacto en términos de creación de empleo y refuerzo de las capacidades nacionales, así como el tratamiento de las causas profundas de la migración irregular», se puede leer en el texto.
La gestión de los flujos migratorios debe conciliar movilidad y lucha contra la migración irregular, y tomar en cuenta las «dimensiones de seguridad y desarrollo económico y social, así como el respeto a los derechos humanos y la dignidad humana», destacaron.
«El Mediterréneo ha sido durante mucho tiempo una zona de fractura. Hoy, los desafíos a los que nos enfrentamos (…) nos llevan a vivir y trabajar juntos», subrayó el ministro de Relaciones Exteriores argelino, Abdelkader Messahel, quien copresidió la reunión junto a su par francés, Jean-Yves Le Drian.
«El fenómeno de la migración (…) nos concierne a todos», recordó, llamando a tener en cuenta el «tríptico ‘desarrollo-migración-seguridad'».
Los diez países quieren «coordinar los esfuerzos ante la amenaza terrorista que se acentúa» en la región, «desde el regreso de los combatientes extranjeros» de Irak y Siria, indicó Messahel.
Otro tema tratado fue el de la juventud desocupada y su necesidad de formación en sus países de origen como freno a la emigración.