Rebeca Henríquez
Samuel Amaya
@DiarioCoLatino
“Cuando te das cuenta que tenés cáncer, es algo que impacta”. Así se expresa Dolores Ayme Ruiz, sobreviviente de cáncer de mama, luego de ser diagnosticada y de ganar la lucha a sus 52 años, una dura batalla que le cambió su vida.
Dolores es ahora una mujer sobreviviente de cáncer de mama, fue diagnosticada a sus 50 años y actualmente muestra su resiliencia al momento de relatar el duro proceso que conlleva ser diagnosticada con esta enfermedad.
En El Salvador, el cáncer de mama se diagnostica en cuatro mujeres cada día; pese a ello, se le da poca importancia y su impacto carece de sensibilización. Sin embargo, la detección oportuna podría representar un cambio importante en la tasa de mortalidad.
La presidenta de la Asociación Salvadoreña para la Prevención del Cáncer (ASAPRECAN), Lisseth Ruiz, doctora especialista en anatomía patológica, asegura que la cifra del diagnóstico a cuatro mujeres al día en el país es una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha catalogado esta enfermedad como la más frecuente que adolecen las mujeres en todo el mundo.
Según el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos, los casos de cáncer en El Salvador se encuentran al alza. Los datos reflejan que, sólo en 2023, el 72 % de diagnósticos de cáncer en el Ministerio de Salud (Minsal) fue en mujeres. En ese año, las atenciones por cáncer sumaron 12,739, de las cuales 9,195 fueron brindadas a mujeres y 3,544 a hombres.
Asimismo, en el informe de resultados de enero a junio de 2024 del Hospital Nacional de la Mujer, “María Isabel Rodríguez”, se detalla que en atención oncológica o por cáncer se han contabilizado 761 egresos o altas, evidenciando un incremento del 28 % en comparación del año 2023, cuando se registraron 543 casos durante el mismo periodo. El 84 % de esos casos han sido por tumor maligno de mama, de cuello del útero, de endometrio y de ovario. En ese periodo, se han registrado 267 egresos por tumor maligno de mama y se han registrado 16 muertes por esta enfermedad.
El Observatorio, conformado por diversas organizaciones sociales que acompañan a las mujeres, señala que estas cifras reiteran la necesidad de fortalecer los programas de detección temprana y tratamiento del cáncer en mujeres.
De junio de 2021 a mayo de 2022, el Minsal realizó 153,488 exámenes de mama y, de junio a 2022 a mayo de 2023, se realizaron 188,567. Según el mismo observatorio, en 2022 Salud diagnosticó 2,120 nuevos casos de cáncer de mama, de los cuales 2,090 fueron en mujeres y 30 en hombres. Las mujeres diagnosticadas se ubicaron principalmente en los siguientes grupos de edades: de 41 a 50 años, con un porcentaje de 26.5 %, de 51 a 60 años, con un porcentaje del 26 % y de 61 a 70 años, con un porcentaje del 19.9 %.
El histórico de datos sobre el cáncer de mama de casos diagnosticados detalla que, en 2019, se registraron 1,951casos; en 2020, 1,460; en 2021, 2,223 y en 2022 la cifra fue de 2,120.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2020 hubo más de 210,000 nuevos diagnósticos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, y casi 68,000 muertes. Y, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se diagnosticaron 2.3 millones de casos en todo el mundo y se registraron 670,000 defunciones.
¿Qué es el cáncer de mama?
La doctora Lisseth Ruiz señala que el cáncer de mama es el más frecuente que adolecen las mujeres en todo el mundo. Pero, a la fecha, se sigue desconociendo la causa. Si se desea definir el cáncer de mama, la profesional lo describe como un crecimiento anormal de células que se produce entre la glándula mamaria. Primeramente, se tiene que ver que la característica es un crecimiento anormal.
La doctora detalló que, luego de que el cáncer inicia, se clasificará en etapas. La etapa 1 y la etapa 2 son aquellas etapas tempranas del cáncer, es aquí donde “hay mayor chance” de que pueda tener un tratamiento adecuado, por medio de los pilares del tratamiento del cáncer de mama: cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia, en el caso de los cánceres sensibles a hormonas.
“Cuando una mujer sufre de cáncer de mama, el impacto no es solo para ella. Inicia un impacto en la mujer, un impacto en su familia, un impacto en la sociedad. Por lo tanto, este es un problema que nos afecta a todos como sociedad”, comentó Ruiz.
La profesional de la salud reiteró la importancia de la prevención del cáncer de mama y someterse a los procesos médicos, como la mamografía o una biopsia cuando se detecta un tumor maligno. La biopsia es un examen especial del tejido que determina si hay daños o indicios de padecer cáncer.
“El apoyo de mi familia fue incondicional”
La historia de Dolores inició en 2021 cuando, por exámenes de rutina, encontraron en sus pruebas “sospecha de un cáncer maligno”. Los resultados se los entregaron en menos de 15 días, algo que le causó intriga, pues suelen tardar. “Abro el sobre y veo que decía ‘sospechas de malignidad, cáncer de mama’. Cuando vi eso, sólo me quedé y dije: Señor, yo renuncio a todo esto, esto no es mío, renuncio”, recordó.
Luego del diagnóstico que se le entregó a Dolores, inició el proceso para conocer todos los detalles de la enfermedad y el resultado continuó con una mamografía y una biopsia. Cuando recibió los resultados de sus exámenes, ella tuvo dos opiniones de médicos privados: un cirujano y un oncólogo, este último le adelantó que podrían quitarle una mama o realizarle un cuadrante. Posteriormente, el cirujano le diagnosticó de forma específica el tipo de cáncer que padecía.
“Me revisó (el cirujano), ve los exámenes y me dice: tenés un cáncer, es un triple negativo, que es de los menos comunes. No es por hormona ni nada, sino que hasta la fecha ahorita trato de entender qué tipo de cáncer es, porque uno investiga e investiga por qué te ha sucedido eso… Mi familia, mi mamá no tiene cáncer, ni mi abuela, nadie así de forma vertical, no hay ninguno de mi familia”, relató.
Al cáncer de mama triple negativo, según especialistas, se le considera “un cáncer agresivo al ser de rápido desarrollo, lo que lo hace más propenso a recurrir tras el tratamiento en comparación con otros tipos de cáncer de seno”.
A pesar de que el cáncer de mama de Dolores fue diagnosticado en 2021, ella recuerda que en 2018, al realizarse su primera mamografía, le detectaron una anomalía, pero que ella no puso atención a esto. “En el 2018, cuando me hice mi primera mamografía, me detectaron que había algo, pero mi ginecólogo me dijo: este solo es un poquito de grasa, no es nada grave, no es nada. Bueno, así quedó, lo que sí me parecía extraño era que me aparecieran dos manchitas en esa parte”.
Dolores Ayme vivió todo el proceso de diagnóstico en silencio, con mucha resiliencia para no dar noticias que pudieran alarmar a su familia de forma errónea. Sin embargo, luego de las dos opiniones y previo a ser intervenida en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), pudo conocer el apoyo “incondicional” de su familia.
“El apoyo de mi familia fue bien incondicional porque desde el principio de todo esto, cuando yo todavía no estaba segura de qué era lo que tenía, no alarmé a mi familia, no le conté a nadie. Pasé cinco meses de que nadie sabía, hasta que ya estuve totalmente segura que ya se dio lo que era la cirugía, entonces fue que les dije”, mencionó.
Dolores sería intervenida en cirugía en diciembre de 2021. Sin embargo, fue pospuesta porque su médico no estaría por un periodo, y se realizó la operación finalmente hasta el 24 de febrero de 2022.
En marzo del último año, ella inició su proceso de quimioterapia, recibió 15 de ellas en total, por un periodo de 9 meses. “Las primeras quimios yo estaba muy contenta porque no se me había caído el cabello, todo estaba normal. Pero ya después de recibir la segunda quimio fue que ya empezó el cabello a caerse, cuando estaba acostada en la almohada quedaba el cabello, me peinaba y se caía, me ponía colita y cuando despertaba aquí estaba el nudo de cabello, y decidí cortarlo”, relata.
“Cuando te das cuenta que tenés cáncer, es algo que impacta, es algo que yo quizá, como le decía a una compañera que fue mi ángel en ese momento, y todavía lo es, mi preocupación no era tanto mi enfermedad, sino que era cómo le iba a decir a mis padres de mi enfermedad, ya que mi mamá hace algunos años había sufrido un infarto, aparte de eso tiene diabetes, y mi papá es un poco ansioso. Entonces, yo decía: ¿cómo le voy a decir a ellos?”, recuerda.
Sin embargo, ahora destaca que fue el apoyo familiar y su fe lo que le permitió resistir el tratamiento y las adversidades que representa esta enfermedad.
Dolores asegura que la prevención es importante y señala que siempre es oportuno que, mujeres y hombres, acudan a citas o consultas cuando exista alguna molestia física; asimismo, apunta que lo más importante, al ser una persona diagnosticada, es cumplir con los tratamientos y no permitir que la negación reste tiempo trascendental en los procesos.
“Mi recomendación es que asistamos al médico, que nos hagamos nuestro chequeo, ya sea que estemos jovencitas o que estemos mayores… No hay que tenerle miedo a los médicos”, dice.
Cáncer de mama, segundo lugar en enfermedades oncológicas en mujeres
La doctora Miriam Yesenia Penado, ginecóloga obstetra y colposcopista, asegura que el cáncer de mama ocupa el segundo lugar en las enfermedades oncológicas en las mujeres en El Salvador, y “ninguna mujer ni hombre están exentos a padecerlo”. Penado sostiene que hay un porcentaje pequeño que radica más o menos entre el 0.5 a 1% de hombres que pueden tener esta enfermedad, y también es importante que lo conozcan, porque si se detecta muy tardíamente “puede llevarnos a la muerte”.
La profesional de la salud argumentó que siempre se debe tener al menos una o dos evaluaciones médicas por año, “donde el médico nos evalúe, nos toque los pechos, tanto en hombres como mujeres, y nos identifique, nos sepa enseñar más que cualquier otra cosa cómo examinarnos y qué vernos a la hora de explorarnos mamas”.
Uno de los puntos importantes que explica Penado es que toda mujer arriba de los 40 años se debe de realizar la mamografía, que es el examen indicado para identificar algún tipo de lesión en mama. Debajo de los 40 años, generalmente, si hay algún dolor o hay algo que llame la atención, se puede realizar una ultrasonografía de mama.
Desde los 35-40 años, se puede realizar una mamografía que se complemente con una ultra, porque ambos exámenes son importantes juntos. “No es que uno va a hacer una cosa y otro va a hacer otra cosa, como erróneamente tenemos entendido de que ‘no voy a hacerme la mamografía porque duele, mejor me tomo una ultra’. No, porque la mamografía me da cierta información que la ultrasonografía complementa”, explica.
Factores de riesgo y detección temprana
Al hablar sobre los factores de riesgo que viven las mujeres, Ruiz, la presidenta de ASAPRECAN, también consideró que es “toda aquella condición interna a la mujer o externa a ella que la hace que tenga mayor riesgo a adolecer cáncer de mama”; por ejemplo, el primero y el más importantes es “ser mujer”. “Todas las mujeres, solo por el hecho de ser mujer, somos vulnerables a adolecer cáncer de mama”, recalca.
El segundo factor de riesgo es la edad, esto debido a que, a mayor edad, mayor riesgo, porque la mayoría de este cáncer se presentan arriba de los 50 años, y arriba de los 40 años es que inicia esa curva ascendente. “Pero el tener menor edad no exime de no tener cáncer de mama. También hay otros factores importantes, como lo son, por ejemplo, los antecedentes familiares”, añadió.
La detección temprana se refiere a descubrir el cáncer antes de que dé síntomas, también es conocida como “detección oportuna del cáncer de mama». Para ello existen métodos, según ASAPRECAN: primero, es importante que cada mujer, al cumplir los 18 años, inicie con el “autoexamen” o autoexploración de las glándulas mamarias.
Segundo, cuando la mujer cumple 25 años, debe de iniciar el “control de niña sana”, esto se refiere a que, independientemente de si siente síntomas o no, debe de acudir a hacerse su control y su chequeo una vez al año, para que un médico realice el examen clínico de mamas.
Cuando la mujer cumple 40 años, inicia el proceso de realizarse una mamografía, esto es una radiografía especial de las glándulas mamarias, tomada con un aparato especial que se denomina mamógrafo. Entre 40 y 50 años puede ser que la mamografía se tome cada dos años, si no tiene mayores factores de riesgo. Además, la ventaja es que detecta antes de que se toque un tumor, un tumor de 2 milímetros, de 3 milímetros.
La doctora Penado agrega que la forma correcta de realizar la autoexploración es la siguiente: desde la horquilla del esternón (hoyito que toda persona tiene en el cuello), hasta la primera costilla, se hace un espacio y se termina en los laterales donde terminan las axilas. Es un rectángulo imaginario que luego se divide en dos para evaluar cada pecho.
“Mi mano derecha va a tocar mi seno izquierdo y mi mano izquierda mi seno derecho; entonces, me voy a tocar parada, ahí es donde voy a empezar a descubrir cosas. Se inicia con movimientos en líneas hacia abajo, haciendo como una parrilla en todo el pecho, se abarca toda la axila, luego se empieza a hacer desde el pezón, se hace una presión hacia el fondo y se empieza a hacer círculos en sentido contrario del reloj y el último movimiento que se va a hacer es como un asterisco, desde fuera hacia adentro, “en el buen salvadoreño como ordeñar mi pecho”, explica.
Si en el momento de la autoexploración la persona siente áreas endurecidas o bolitas bien marcadas, “que algunas veces pueden ser tan chiquititas como el grano de un maicillo y a veces pueden tener unas dimensiones mucho más grandes”, es momento de acudir a un médico especialista.
Impacto psicológico
El cáncer de mama es impactante y traumatizante en muchos casos. “Es una enfermedad que sí nos impacta. Me dicen a mí que yo tengo cáncer de mamá, entonces para mí es impactante, más siendo mujer, porque lo primero que pensamos es que se me va a caer el pelo, me van a tener que amputar mi mama; entonces, la cultura en la que estamos sobre cómo nos vemos, nos marca un montón”, comenta Penado. En ese sentido, “si nosotros nos deprimimos, nos baja las defensas y, al generar que nos baje defensas, damos pie a que la enfermedad también avance más”.
Por ello, el apoyo familiar, “el sentir esa red”, hace que las mujeres se sientan más valientes, que enfrenten de mejor forma los tratamientos y se dan cuenta que no son las únicas y pueden llegar a “encontrar una nueva familia”, en referencia a las otras mujeres que sufren de cáncer de mama.
Por su parte, ASAPRECAN tiene a disposición programas de apoyo a mujeres con cáncer. Uno precisamente es para brindar ayuda con el impacto psicológico que se genera. Lo primero que se hace es desvirtuar que el cáncer es sinónimo de muerte. Otro es el Fortalecimiento Personal para Mujeres con Cáncer, un programa conducido por una psicóloga en el cual les ayuda al manejo de todas estas emociones porque, en el caso de las mujeres, no solo están luchando por su vida, sino que generalmente en su mente persiste la preocupación de qué va a pasar con sus hijos, con su familia.
También tienen apoyo espiritual y legal en algunos casos. Asimismo, la Asociación cuenta con servicio gratuito para las mujeres salvadoreñas que buscan diagnosticarse sobre esta enfermedad, pues tienen en cuenta que también hay un impacto económico.
Actualmente, las mamografías en un centro de salud privado rondan los $20. Las consultas de los ginecólogos rondan entre los $25 y $30 y las consultas con los mastólogos están entre los $40 y $60; asimismo, una biopsia sencilla para detectar malignidad ronda los $175.
Respecto a las quimioterapias, estas tienen un costo entre $500 y $800 y las radioterapias, entre $6 mil a $10 mil. En el sistema público del país se hacen estos exámenes, pero suele ser a largo plazo, ya que el equipo especializado no solo se dedica a la detección de cáncer de mama, sino a otros tipos de cáncer.
Las tres fuentes consultadas por este medio, entre ellas Dolores Ayme y las dos médicas especialistas en esta enfermedad, coincidieron en que “prevenir puede salvar vidas”. La detección temprana de cáncer de mama es un factor indispensable para que la tasa de sobrevivencia pueda incrementar, ya que hay 99 % de supervivencia cuando se trata un tumor localizado en el seno y de un 85 % cuando se trata de un tumor regional.
Debe estar conectado para enviar un comentario.