Por Elder Gómez
Colaborador
San Salvador (20 mayo).- Parientes de personas desaparecidas desfilan, desde el 8 de mayo pasado, por la casa de un ex policía sicópata, acusado de múltiples asesinatos, en el occidental municipio salvadoreño de Chalchuapa.
Llegan de la vecina Santa Ana, del departamento de Ahuachapán, y de otras zonas aledañas a Chalchuapa, a preguntar a las autoridades que custodian la vivienda de Hugo Ernesto Osorio Chávez, el sicópata, por sus parientes desaparecidos, hombres y mujeres.
Hasta ahora, las autoridades han descubierto las osamentas y cuerpos de 5 personas, que se habían reportado como desaparecidas, en un pozo situado en el patio de la casa del ex policía.
Pero siguen la búsqueda de más cuerpos de personas, tanto en la casa del enfermo mental -en un callejón de Chalchuapa-, como en un predio aledaño, porque sospechan que más víctimas habrían sido sepultadas en ese lugar, en fosas clandestinas.
Osorio Chávez habría seguido cometiendo crímenes de manera clandestina, sino se le hubiera escapado una joven víctima -el 8 de mayo pasado-, a quien persiguió y sometió, después de golpearla con un tubo de metal, la noche de ese día, en la vía pública.
La joven, cuyo cuerpo arrastró hasta su casa, fue hallada muerta en la vivienda del ex policía, junto a su madre, después de una llamada de un ciudadano al Sistema de Emergencia de la Policía Nacional Civil (PNC).
Junto al sicópata, las autoridades han capturado a otras 10 personas que tendrían «vínculo directo» con los asesinatos, según la fiscalía, y que este jueves fueron enviadas a prisión, mientras continúan las investigaciones.