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Washington/PL
La propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump, de realizar este año un desfile militar creó descontento entre los legisladores y la alcaldía de Washington D.C. por el costo económico que implicaría.
El senador Dick Durbin, demócrata por Illinois, calificó la idea de una gran pérdida de dinero para entretener al presidente e incitó a que la Casa Blanca invierta tiempo y dinero en preocuparse porque las tropas estén listas para la batalla, sobrevivan y vuelvan a casa con sus familias, relató en el canal de noticias Msnbc.
A su vez, el miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes Lee Zeldin, republicano por Nueva York, también expresó su preocupación por el desfile, y comunicó a la cadena televisiva CNN que no considera lógico la presencia de tanques o armas nucleares en la avenida Pennsylvania.
Si bien el precio estimado del costo del desfile aún no es preciso, el senador Brian Schatz, demócrata por Hawaii, tuiteó que los millones a emplear deberían utilizarse en arreglar viviendas militares, contratar más médicos para el ejército, apoyar a los comisariatos, y brindar más tiempo de entrenamiento de vuelo.
Por su parte, el cuerpo legislativo de Washington D.C. tuiteó un gráfico con un símbolo de ‘no tanques’, seguido de un texto que esbozaba ‘El Desfile del Tanque Gigante se cancela permanentemente’.
La alcaldesa de la ciudad capital, Muriel Bowser, respondió a la idea del desfile que si Trump quiere realizar ese evento ‘tendrá que pagar por ello’.
Argumentó, que los funcionarios de D.C. no han sido informados formalmente sobre la logística para el desfile propuesto que, según The Washington Post, podría suceder durante el Día de los Veteranos.
Medios de prensa estadounidense relatan que el expresidente George H. W. Bush realizó un desfile militar en Washington el 8 de junio de 1991, para marcar la victoria en la Guerra del golfo Pérsico.
El costo de esa revista militar se calculó en 12 millones de dólares, según un informe de C-SPAN en aquella época, que asciende a alrededor de 21 millones de dólares una vez ajustado por la inflación.
Especialistas lo consideraron como la mayor celebración de la victoria de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con una multitud de alrededor de 200 mil personas.
