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¿ES LA DESIGUALDAD EL ESTADO NATURAL DE LA SOCIEDAD?

Luis Arnoldo Colato Hernández

Educador

Si le preguntas a cualquiera dirá que es lo natural, que sin desigualdad es inviable la sociedad tal cual la conocemos.

Y es esto último el quid del problema que supone esta cuestión, pues el cuestionado responderá de acuerdo a lo que conoce.

La sociedad actual nace del expansionismo europeo del siglo XVI, que hace del continente la metrópoli global como al resto la periferia, lo que se expresa precisamente en la desigualdad y la inequidad social que desde entonces se extrapola a todo el quehacer humano.

Una breve y objetiva revisión de la historia nos permite en cambio descubrir que el progreso real solo es posible en la cooperación.

Por otro lado, la inequidad social se corresponde al interés de concentrar la riqueza en las menos manos posible, así como en su habilidad para naturalizar esa condición, estableciendo como “lo normal” el que pocos se hagan con el haber de todos.

Para ilustrarlo desde nuestra propia realidad encontraremos como aberraciones tales como el que el saqueo de la hacienda pública por parte de las élites financieras, amparado en el entreguismo y servilismo de la clase política, sea justificado por algunos trabajadores, quienes, desconociendo a su clase y sus propios intereses, y con el ánimo de lograr algún beneficio, lo respaldan.

Así vimos como por 20 años el sostén electoral de arena que la conservó en el poder fueron precisamente los cada vez más extendidos segmentos pobres, que, víctimas de sus políticas, cada vez más empobrecidos y más desheredados, quienes durante el lustro final de los 70´s y el primero de los 80´s, fueron asesinados, secuestrados, violados y vejados por precisamente el fundador de arena, la sustentaron por esos largos 20 años.

De esos 20 años no se puede referir ningún logro material para nuestro país, y si la completa pérdida del patrimonio y la hacienda públicas, a manos de precisamente la élite rapaz representada por arena.

Esto fue posible gracias al tráfico de influencias, amiguismo y compadrazgo practicado por la derecha política, aunado a la corrupción intencionada de la escuela para que no cumpliera sus deberes como promotora de la emancipación, y su alianza con las sectas pentecostalistas, de orientación ultraconservadora.

Parecido a lo que sucede ahora.

Por otro lado, la equidad y la igualdad social no supone que las personas pensemos y actuemos igual, supone que el orden social garantice desde una plataforma de justicia social el que todos tengamos acceso a las mismas oportunidades, sin los dados cargados, sin favorecer a los pocos, en detrimento de la mayoría.

Esa sola idea no es una quimera, es una posibilidad que en otras latitudes es una realidad.

En Europa es Noruega el país con el mayor estándar de equidad social, en Asia lo es Nepal, en Oceanía Nueva Zelanda, y si bien los estándares no son los mismos, acá es Belice.

La construcción de una sociedad equitativa socialmente es posible, pero requiere compromiso.

Cómo arriesgarse a dar el primer paso.

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