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Despido de empleados públicos, la segunda “medicina amarga”

Por Leonel Herrera*

El despido injustificado de centenares de empleados estatales es la segunda medida de “medicina amarga” del gobierno inconstitucional de Nayib Bukele contra la población. La inminente destitución de trabajadores judiciales sería la confirmación de esto.

Esta semana trascendió públicamente un pedido de información enviado por el presidente de la Corte Suprema de Justicia a todas las instancias del sistema judicial. La solicitud requiere los nombres, cargos y edades de todos los empleados.

Fuentes del órgano judicial dijeron al medio digital Voz Pública que la petición de información tiene como propósito despedir a más trabajadores del Estado, como parte de la “reducción del gasto público” del ajuste neoliberal que Bukele anunció como “medicina amarga”.

Los despidos en el sistema judicial se sumarían a los centenares de trabajadores despedidos en el Ministerio de Cultura, en las alcaldías municipales (ahora distritos) y otras instancias estatales, realizados durante las últimas semanas.

La primera “medicina amarga” fue la reducción del subsidio al gas propano y a la energía eléctrica, la eliminación de los fondos a las alcaldías y los recortes presupuestarios en salud, educación, saneamiento y reducción de vulnerabilidades socioambientales.

Medios periodísticos han reportado la reducción de 35.5 millones de dólares al gas propano y 16.2 millones a la electricidad. A esto se suma el recorte de 63.2 millones a educación básica, 62.3 millones a atención hospitalaria y 37 millones al primer nivel de atención médica.

Si el régimen bukelista quiere reducir el gasto público debería bajar los salarios de los altos funcionarios y suspender el gasto en propaganda, asesores, lobistas y demás gasto innecesario, en vez de reducir subsidios y despedir empleados estatales.

Y si busca aumentar los ingresos debería implementar la postergada reforma fiscal progresiva donde “paguen más quienes tienen más”, que incluya impuestos directos al patrimonio de los más ricos, a la gran ganancia empresarial y a las grandes transferencias financieras.

Con respecto al IVA, la decisión gubernamental debería ser aumentarlo a los bienes suntuarios y servicios de lujo; y quitarlo a los alimentos básicos, a las medicinas, a los insumos agrícolas y otros productos de primera necesidad.

Éstas son las medicinas correctas que la población debería exigir y rechazar las medicinas equivocadas del bukelismo, porque éstas no sólo no van a curar las enfermedades del país, sino que las empeorarán gravemente.

*Periodista y activista social.

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