DESTINO
Por Aristarco Azul
Entre negras olas turbulentas
vacila diáfana la barcarola
movediza sin rumbo sin final
iluminada con sus destellos
entre rayos dispersos baldíos,
mientras los arrecifes asustados
moribundos sin paz, sin consuelo,
con nudos en su garganta disecada
en la obscuridad estrellada a lo lejos
como luciérnagas parpadeantes
con destino buscando asilo
en el valle de la hoguera candente
allí, donde descansa la esperanza
alimentada por la fe cristiana
con ahínco con suspiros malignos
caminos empedrados, espinosos
como pago de su cautelosa virtud,
allí, la nave vacila sola
esperando una corazonada,
un milagro no tortuoso tenue
dejando en el olvido sus sueños
ante nueva ilusión entre manos
del destino convertido en sueños
truncados entre madeja fina,
entre el tumulto de olas llamando
hecatombes siniestras malignas,
mientras el cielo seguirá necio
con sus espejos alumbrándonos
el sendero de nuestra existencia…