@davidmar2105
Por quincuagésima tercera edición la Cruz Roja Salvadoreña llevó a cabo la maratón acuática “El Paso del Hombre, en la cual participaron más de un centenar de voluntarios y fue denominada “Juan Pablo Mendoza”, en honor a los 20 años de servicio de este personaje en la delegación del departamento de Santa Ana.
El Paso del Hombre es una demostración de capacidad y resistencia a la que se someten cada año, hombres y mujeres en diferentes categorías, desde novatos aspirantes a guardavidas experimentados.
“Es una prueba de rigor para el cual hay que tener mucho entrenamiento, psicológicamente también hay que estar preparados ante cualquier eventualidad, máxime, cuando se prevé que las mareas están como ahorita, que la corriente está en contra, además de las temperaturas del agua y las quemaduras de medusa; todos estos factores son los que influyen para el tiempo de nado”, explicó Óscar Osorio, que participó por 13 vez en la prueba.
Con esto demuestran su destreza que poseen en mar abierto, como la preparación de los voluntarios que brindarán seguridad acuática en playas y balnearios a nivel nacional, esto en las vísperas de las vacaciones de Semana Santa, entre otras actividades festivas.
En total fueron 21 kilómetros los que recorrieron los participantes, quienes superaron las corrientes marinas, cambios de mareas y otras adversidades que tiene la prueba en un estimado de 4 a 5 horas de nado.
Fueron más de 250 nadadores los que participaron, donde se sumaron miembros de la Fuerza Naval, guardavidas de Cruz Roja Salvadoreña y Centroamericana, que se desplazaron en diferentes grupos, mar adentro.
Este año formaron cuatro grupos. Los primeros en salir fueron los de gorro rojo, o sea los novatos; le siguieron los aspirantes que fueron identificados con gorro amarillo; en tercer lugar salieron los de gorro verde, guardavidas y los de gorro azul que fueron los expertos.
Como en años anteriores, la Cruz Roja Salvadoreña contó con el apoyo de la Fuerza Naval que proporciona embarcaciones, Policía de Turismo con motos acuáticas, y Fuerza Aérea con un helicóptero, esto con la finalidad de demostrar mediante un simulacro, el trabajo en conjunto que se ejecuta para salvaguardar la vida de las personas que sufren accidentes acuáticos.