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Destrucción de la Familia

José Guillermo Mártir Hidalgo

El Nuevo Orden Mundial es un plan conspirativo para imponer un gobierno a nivel mundial. Woodrow Wilson, Presidente Estadounidense, utilizó el término posterior a la Primera Guerra Mundial para la creación de la Sociedad de Naciones1. A finales de la Segundo Guerra Mundial, se volvió a usarlo para la instauración de las Naciones Unidas y los acuerdos de Bretton Woods. Al finalizar la Guerra Fría, el término recalcó el espíritu de cooperación de las superpotencias.

El Nuevo Orden Mundial, se ha implicado con la sociedad secreta de los Illuminati, quienes han estado involucrados, según los teóricos de la conspiración, en revoluciones y derrocamientos de gobiernos desde el siglo dieciocho. La tesis central de “Los Protocolos de los Sabios de Sion”, es publicado en la Rusia Zarista por su servicio secreto (La Okhrana), que la causa de los diversos problemas que afectan al mundo se debe a un grupo que los promueve y organiza, ya que su fin es lograr el dominio mundial.

Dicho grupo está conformado por judíos, que controlan sectores financieros y diferentes fuerzas sociales como masones, comunistas y anarquistas. Este grupo es una elite plutocrática a nivel internacional, conformada por familias prominentes como: los Rothschild, Rockefeller, Morgan, Du Pont, etc. En él participan monarcas europeos, presidentes y primeros ministros. Igualmente organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Tratado del Atlántico Norte. Los masones son la fuerza que se halla detrás de dicho plan de Gobierno Mundial. Ellos constituyen el “Gobierno en la Sombra”, que busca de acuerdo a los conspiranóicos, implantar el reino del anticristo, cosechar la energía de los humanos, mantener a la mayoría de humanos sometidos y trabajando en provecho de dichos conjurados.

La teoría del Nuevo Orden Mundial, se caracteriza por poseer una visión apocalíptica del mundo. Considera que todos los problemas son producto de conspiraciones, en lugar de ser producto de fuerzas políticas, sociales y económicas que debaten, confrontan y en ocasiones llegan a acuerdos.

PLAN DE DESTRUCCIÓN DE LA FAMILIA

Por otra parte, el mayor enemigo del proceso de globalización es la unidad familiar. Desde el siglo diecinueve filósofos y sociólogos consideraban que la familia era incomoda a la elite. Es un fastidio para todo tipo de sociedad controlada científicamente. Pues un individuo que no tiene familia, es indefenso a cualquier ataque gubernamental, no tiene defensa contra el adoctrinamiento del establishment y el poder político puede “criarlo” al antojo de sus intereses.

Las utopías sociales se aparearon con utopías biológicas y raciales, cuyos objetivos eran construir una sociedad ideal, es decir, una sociedad jerarquizada por medio de la ciencia y representada por una minoría científica. Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud, escribió el programa de ingeniería social. El primer ensayo se dio en la década de los veinte del siglo pasado. Se instauró la primera revolución sexual, fue haciéndose realidad una sociedad diseñada y fabricada por una tiranía tecnocrática. En opinión del filósofo británico Bertrand Russell, se trata de crear una sociedad narcisista, donde todos están preocupados por sí mismos. Tan así que nadie se levanta por nada ni por nadie y de esta manera, el gobierno domina a cada individuo directamente.

A partir de la segunda mitad del siglo veinte, comenzó el ataque contra la estructura social y contra la estructura familiar. Para los globalistas lo más temible es la capacidad de amor, la capacidad de protección y la capacidad de ternura de la mujer. Por consiguiente, si se quiere adoctrinar a las nuevas generaciones, tiene que aniquilarse a las madres y convertirlas en repetidoras de propaganda. La elite financió revoluciones culturales, que dieron la ilusión de liberación a la mujer. La mujer fue obligada a competir laboralmente con el hombre, y la educación de los hijos de las madres trabajadoras se adjudicó a la televisión.

La ingeniería social, llevó a neutralizar los activos viriles a través de los espectáculos deportivos, así los instintos tribales de defensa de la comunidad fueron controlados. Otro instrumento de devastación del varón ha sido el bombardeo constante de estímulos eróticos. Con lo cual se busca erradicar las relaciones interpersonales profundas. Se le incita a tener varias compañeras sexuales durante los críticos años de la adolescencia, pues la promiscuidad asegura incapacidad para aceptar compromisos amorosos y formar una estructura familiar.

Se busca prolongar la adolescencia de la población, para fabricar una sociedad global infantil, inmadura, descentrada, irreflexiva, dispersa y maleable. Los medios masivos de comunicación, terminaron enviciando sexualmente a los pre púberes y prolongaron el infantilismo a edades avanzadas.

Ibn Asad, en su artículo: “Tecnocracia Global y Destrucción Familiar” señala cinco industrias de adoctrinamiento de la sociedad global2. La industria del deporte incide en la emotividad de las masas. Trasmite contenidos pseudo heroicos a niños y adultos; al mismo tiempo, el deporte de elite es un campo de pruebas farmacológicas y biotecnológicas. La industria del cine sirve para llevar a cabo una profundísima manipulación psicológica, la población mundial es guiada por unas referencias comportamentales sistematizadas: las “estrellas” de cine, que en su mayoría son unos desvergonzados. Los requisitos para ser una “estrella” de cine son: ser judío askenazi, divorciado y con un pasado de alcohol y drogas.

La pornografía, la industria del sexo, presenta contenidos propios de una decadencia civilizadora: necrofilia, sadismo, homosexualidad, sodomía, lesbianismo, coprofagia, bestialismo, etc. La pornografía presenta la actividad sexual como una mera masturbación con otro cuerpo; a través de la industria de la música, son implementadas “revoluciones culturales” para arrasar los sustratos culturales de los pueblos, cada década tiene su revolución, con una droga estrella y un artista estrellado. El patrón de estas revoluciones culturales es: devastación cultural, imposición de una referencia comportamental y la introducción social a una droga. Entretener significa distraer a alguien impidiéndole hacer algo, la industria del entretenimiento pretende impedir que se tenga un pensamiento propio. En la industria del video juego, el jugador cree estar actuando en una trama; se le crea la ilusión de interacción, la intención del videojuego es crear una realidad paralela, virtual y paradójica.

La ingeniería social del globalismo, ha conducido a una sociedad controlada y uniformada por medios técnicos en manos de una minoría. Hoy la ingeniería psíquica de la sociedad global, pretende controlar directamente al individuo, esta escalada de control sobre el ser humano se concentra en su interior. Por eso proyecta sucedáneos culturales, ideológicos y religiosos.

Un bastión de resistencia contra la tiranía global son los Estados-Nación, por eso las elites globalistas fomentan “revoluciones” coordinadas para desestabilizarlos, Asad cita el caso de España, en el que el descontento social ha llevado a movilizaciones de apariencia espontánea, coordinadas a través de “redes sociales” y telefonía móvil, menciona que el 15-M es un movimiento diseñado y prefabricado, para liquidar los resquicios orgánicos de la nación-estado.

FAMILIA: BASTIÓN DE HUMANISMO Y DEMOCRACIA

A pesar de esta prepotencia de las elites globalistas contra la familia, ésta sigue siendo un punto de referencia y seguridad para niños, jóvenes y adolescentes. La familia es el espacio donde a uno se le acepta, se le valora y se le quiere por lo que es; la familia es el territorio donde se construye la autoestima.

La globalización ha creado seres vulnerables pues niños, adolescentes y jóvenes consideran a la familia como uno de sus valores prioritarios, la familia ha sufrido cambios: nuevas estructuras familiares, disminución de nacimientos, el trabajo de la mujer fuera de casa y el aumento de la esperanza de vida. Y el entorno donde se desenreda la familia presenta altos índices de desempleo, avances tecnológicos, movimientos migratorios, cambio en la relación ciudadano-estado, aumento en la brecha entre ricos y pobres, mejora en la formación de la mujer y la globalización.

Consuelo Crespo, en su artículo: “El papel de la familia en la sociedad actual”, considera  que la familia no debe de dejarse arrebatar su protagonismo3. El Estado debe colocar al ser humano en el centro de su deber ser, de esta manera evitar sociedades excluyentes y deshumanizadas.

Se debe pasar de una democracia formal a una democracia con participación real, con compromiso personal, tolerante, pluralista, descentralizada y corresponsable. Para impulsar una verdadera democratización, la familia es una excelente proveedora de valores para ello. En la familia suceden encuentros y desencuentros propicios para aprender el pluralismo y la tolerancia, en la familia aprendemos a analizar conflictos y transformarlos. Si aprendemos a resolver conflictos en lugar de cantar victorias, podemos afrontar conflictos más complejos, en la familia aprendemos a crear “redes de solidaridad”, ante problemas concretos de alguno de sus miembros. Así aprendemos la empatía y la solidaridad para los miembros de la aldea global. La familia es la escuela para una verdadera democratización de las relaciones, porque propicia un diálogo horizontal entre géneros y generaciones.

La familia es la escuela para construir la ciudadanía del mundo comprometida localmente. Se le debe dar importancia a la actividad cotidiana de los jóvenes. La sociedad debe considerarlos agentes que aportan y crean, por lo que es necesario ponerlos al servicio de un proyecto común, donde ellos puedan sentirse parte de una sociedad que puede y debe ser transformada. Ante un plan de destrucción familiar, hay que proteger a nuestras familias.

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