Caralvá
Las reflexiones de Sócrates, discount nurse transcritas por Platón como hemos observado en las anteriores citas, generic nos conducen a los valores que en aquellas épocas se consideraban potencialmente destructivas para nación griega, healing anotando que era una sociedad esclavistas, pero con ciudadanos que ejercían sus derechos, discutían su futuro, leían a Homero, con un acervo cultural e interacciones con otras sociedades, promovían los deportes para la juventud, la música, la poesía, así como la guerra, que al final era parte de su propia razón de ser.
El Ser griego es una realidad de combate y expansión, esas Ciudades Estados, también transmiten valores universales. El Ser histórico entonces expresa su vocación de valores y antivalores dentro de una sociedad esclavista. A lo mejor mis reflexiones son las más estériles del mundo, no sirven más que para conocer nuestros propios pasos, relatan el episodio finito de nuestra existencia en este planeta, pero es ahí donde reside la comprensión y la diferencia para cambiar, dentro de la acción filosófica que transforma. Los antivalores republicanos de aquella antigua sociedad son denunciados por Sócrates, entre ellos: la injusticia, la intemperancia, cobardía e ignorancia, además de la sedición… tal parece que esos antivalores son universales tanto en una sociedad esclavista, feudal, mercantilista, capitalista o socialista, ellos producen el mismo resultado, la decadencia de las sociedades. Veamos la cita del Libro IV, capítulo XVIII de La República de Platón:
“-Sigamos, entonces-añadí-, pues pienso que después de esto todavía tendremos que examinar lo que es la injusticia.
– indudablemente.
– ¿Y qué otra cosa podrá ser sino una subversión de esos tres principios (prudencia, valor, templanza), su injerencia indiscreta en cuanto no les corresponde y la sedición de una parte del alma contra la totalidad de ella al objeto de usurpar un mando que no le compete, pues precisamente la Naturaleza ha dispuesto esas partes para obedecer mandar, según los casos? A mi entender, debemos decir que la perturbación y extravío de esas partes es lo que llamamos injusticia, intemperancia, cobardía e ignorancia y, en una palabra, maldad total”.
Extraordinaria reflexión que aún ahora tiene vigencia, es como anotaba Jan Pato?ka en algunos modelos políticos se viven los diez mandamientos sin religión, pero existe un cambio significativo debido a que el primer mandamiento es otro Dios, con otro nombre (dinero, oro, avaricia, lujuria, drogas, ideología, etc)… de cualquier manera los antivalores que producen la maldad total deben ser combatidos y denunciados como hace miles de años, para salvar nuestra República y nuestro naciente modelo democrático.
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