Dubái / AFP
Las autoridades de Arabia Saudita detuvieron a nueve escritores y blogueros, dos de ellos ciudadanos estadounidenses, en una nueva campaña de represión en este país, aliado de Estados Unidos, y muy criticado por su balance en materia de derechos humanos.
Estos nuevos arrestos fueron señalados el viernes por organizaciones de defensa de los derechos humanos, al día siguiente que el Congreso de Estados Unidos aprobara una resolución exhortando al presidente Donald Trump a cesar cualquier apoyo a la coalición saudita implicada en la guerra en Yémen.
Se trata de la primera campaña de represión masiva contra personalidades de la sociedad civil desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en octubre en el consulado de Arabia Saudita en Estambul por un comando enviado de Riad. Este caso empañó la imagen del reino saudita.
Según el grupo de derechos humanos basado en Londres ALQST, los detenidos son «escritores y blogueros comprometidos con el diálogo público sobre las reformas» en el reino ultraconservador.
Entre ellos, figuran el doctor y escritor Bader al Ibrahim y el militante Salah al Haidar, ambos con doble nacionalidad estadounidense y saudita.
Salah al Haidar es hijo de Aziza al Yusef, una importante activista que está siendo juzgada junto a otras militantes en favor de los derechos de las mujeres.
Ni las autoridades sauditas ni la embajada de Estados Unidos en Riad comentaron de momento estas informaciones. Según el grupo de defensa de derechos humanos «Presos de conciencia», que se ocupa de los presos políticos en Arabia Saudita, diez personas en total fueron detenidas.
«Las autoridades sauditas parecen querer silenciar a cualquier precio a toda persona que se atreva a hablar o incluso a expresar sus opiniones en privado o públicamente», criticó Samah Hadid, directora para Oriente Medio de Amnistía Internacional.
– Ayudar a los «enemigos del Estado» –
Arabia es muy criticada por el juicio a 11 mujeres, entre ellas Aziza al Yusef, encausadas –entre otros cargos– por contactos con medios extranjeros, diplomáticos y oenegés de defensa de derechos humanos.
La mayoría de ellas fueron detenidas en mayo de 2018, apenas un mes antes de la histórica anulación de una medida que prohibía a las mujeres conducir en Arabia Saudita.
Fueron acusadas de atentar contra los intereses nacionales y ayudar a los «enemigos del Estado» tras haber defendido el derecho de las mujeres a conducir o pedir que se levante el sistema de tutela, que obliga a las mujeres a obtener permiso de un familiar masculino para realizar numerosos trámites.
Algunas de estas detenidas dicen haber sido víctimas de tortura o abusos sexuales.
El gobierno saudita, muy criticado a nivel internacional por la situación de los derechos humanos en el país, niega que las mujeres fueran torturadas o acosadas sexualmente.
Arabia Saudita dirige desde marzo de 2015 una coalición militar para combatir en Yemen a los rebeldes hutíes, que han tomado el control de importantes zonas del país, entre ellas la capital Saná, tras haber expulsado de ella al gobierno.
El conflicto en Yemen ha provocado la peor catástrofe humanitaria del mundo, según la ONU.
Desde 2015, el Pentágono suministra una «apoyo no combatiente» a la coalición que lidera Riad, lo que incluye entrega de armas y de información.
Pero desde fines de 2018, Estados Unidos ha suspendido sus operaciones de abastecimiento en vuelo de la aviación saudita. Y desde el jueves, senadores norteamericanos de los dos partidos pidieron a Trump que cese su apoyo a la coalición.