Buenos Aires/AFP
César Milani, exjefe del Ejército argentino entre 2013 y 2015, durante el gobierno de Cristina Kirchner, fue detenido por su presunta implicación en dos secuestros durante la última dictadura (1976-83).
Milani quedó detenido en La Rioja, en el noroeste del país, luego de declarar en la causa que investiga los secuestros de Pedro Adán Olivera y de su hijo Ramón Alfredo Olivera, ocurridos en marzo de 1977 en esa provincia, informó el titular de Derechos Humanos provincial, Delfor Brizuela.
Gustavo Feldman, abogado del militar de 62 años, le había recomendado no responder las preguntas del tribunal «debido a que por los hechos que se le imputan no hay manera de que surjan nuevas preguntas».
Según el abogado, Milani iba a explicar el contexto histórico y «en particular sobre cuál era su conducta y sus funciones» en esa época.
El ascenso de Milani a jefe del Ejército en 2013 fue muy cuestionado por organismos de derechos humanos por estar sospechado de delitos de lesa humanidad.
La entonces presidenta Cristina Kirchner lo respaldó ante denuncias de su propio entorno político por los supuestos crímenes durante la última dictadura.
Milani se retiró en junio de 2015, y desde entonces sus detractores sacaron a la luz detalles de un estilo de vida con derroches, con pasión por los autos de lujo.
El juez federal Daniel Rafecas lo procesó en diciembre pasado por el delito de enriquecimiento ilícito de funcionario público y le fijó un embargo millonario, informó el ministerio de Justicia.
La permanencia de Milani al frente del Ejército dividió a los organismos de derechos humanos entre los que reclamaron que fuera llevado al banquillo, como otros centenares de militares, y los que estimaron que se trataba de una causa armada para dañar la imagen del gobierno kirchnerista.
Apoyos vs rechazos
La principal figura vinculada a los derechos humanos que apoyó a Milani fue Hebe de Bonafini, presidenta de la organización humanitaria Asociación Madres de Plaza de Mayo y ferviente militante del gobierno kirchnerista.
«Cuando creo en alguien, voy a defender a esa persona hasta que esté presa. Mientras tanto, no voy a cambiar mi opinión», dijo a mediados de 2015.
Bonafini, que llegó a entrevistar a Milani para la revista de la organización, afirmó que el militar le mostró «dónde estaba, con día y hora» en el momento en el que supuestamente se produjeron los hechos.
Victoria Donda, diputada nacional por Libres del Sur (centroizquierda) e hija de desaparecidos, apropiada por un militar inmediatamente después de su nacimiento, declaró que la detención le produce «festejo y alegría» y que cree que «esto es bueno para el país».
La política de derechos humanos y el impulso a los juicios contra acusados de crímenes de lesa humanidad fue uno de los pilares de las gestiones del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa y sucesora Cristina Kirchner (2007-2015).