Por Diego Urdaneta
Madrid/AFP
La deuda pública española escaló a 100,5% del PIB en el primer trimestre de 2016, una cifra récord en 20 años, anunciada en momentos en que Bruselas estudia si sanciona a Madrid por sus déficits excesivos.
El monto de la deuda dado a conocer este miércoles –1,095 billones de euros (1,229 billones de dólares)– es el más elevado de la serie trimestral desde que el Banco de España (central) comenzó a registrar esta estadística en 1995.
Esta es la segunda vez que la deuda pública de España supera la barrera simbólica del 100% del Producto Interior Bruto (PIB), ya que en el primer trimestre de 2015 se había situado en 100,2% del PIB.
En el último trimestre de 2015, la deuda española se situaba en el 99,20% del PIB.
La nueva escalada se conoce en medio de la campaña para las nuevas legislativas del 26 de junio, que ha tenido entre sus temas más candentes el nivel de la deuda, el déficit y el elevado desempleo.
Candidato a la reelección, el jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, ha prometido reducir la deuda a 99,1% del PIB y el déficit público a 3,6% para fines de este año.
En 2007, antes de que estallara la burbuja inmobiliaria que arrastró al país a una larga y profunda crisis, España era uno de los países menos endeudados de Europa, con una deuda pública inferior al 37% de su PIB.
Desde entonces, debido un rescate bancario de más de 40.000 millones de euros y a los elevados intereses que el Estado tuvo que pagar durante años para financiarse en unos mercados que desconfiaban de su solvencia, la cuarta economía de la zona euro triplicó su volumen de deuda pública.
El país es ahora como el sexto más endeudado entre los 28 miembros de la Unión Europea, por detrás solamente de Grecia, Italia, Portugal, Chipre y Bélgica, todos ellos con deudas de más de 100% del PIB, según cifras de la agencia de estadística europea Eurostat correspodientes a 2015.
El año pasado, la media de la UE fue de 85,2%, según la misma fuente.
Sanción aplazada
Para no interferir en la campaña electoral, la Comisión Europea decidió aplazar hasta julio su decisión sobre una posible sanción a España por su déficit excesivo, que en 2015 escaló a 5%, cuando Bruselas esperaba 4,2%.
Rajoy se comprometió a tomar todas las medidas necesarias para reducir el déficit a 3,6% en 2016 y por debajo del techo máximo de 3% fijado por la UE en 2017.
O al menos eso aseguró en una carta enviada en mayo a la Comisión, mientras por otro lado prometía en plena campaña electoral nuevas bajadas de impuestos, una contradiccion que le valió duras críticas de sus adversarios.
Según varios economistas, España debería recortar unos 25.000 millones de euros más para respetar la regla europea y devolver la deuda bajo el 3% del PIB.
Las nuevas legislativas del 26 de junio debieron ser convocadas luego de que los anteriores comicios de diciembre resultaron en un Parlamento muy fragmentado que no llegó a acuerdos para formar una coalición de gobierno.
Los españoles están convocados otra vez a las urnas, cuando persiste el malestar social por el alto nivel del desempleo y la precariedad de los nuevos puestos de trabajo.
Gracias a la salida de la recesión, el desempleo ha retrocedido pero sigue siendo muy elevado: en el primer trimestre de 2016 afectaba a 21% de la población activa. En la Unión Europea, solo Grecia tiene un porcentaje de desocupados superior.