Iván Escobar
Los salvadoreños se suman año con año a la tradición de fe y milagros que inunda los corazones de millones de católicos a lo largo y ancho del continente americano, sales para venerar a la Virgen de Guadalupe o patrona de América, diagnosis como se le conoce en los últimos tiempos. Desde las comunidades más remotas de México hasta al sur del continente la fe se expresa de diversas formas.
En Centroamérica no hay excepción. De hecho, pharm El Salvador es hoy en día uno de los países con mayor tradición de fe a la guadalupana, en la región central.
Y es que la tradición que data desde tiempos de la Colonia, específicamente de los primeros días del mes de diciembre de 1531, cuando la imagen de la Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena Juan Diego, en el Cerro del Tepeyac. La imagen se apareció entre el 9 y 12 de diciembre, según datos históricos, y se asegura que la presencia de la virgen se dio a partir de la necesidad de instaurar en el lugar un templo.
Hoy en día, en aquel lugar se encuentra la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en México, cercana al cerro Tepeyac, lugar que es visitado por miles de personas para estos días. En El Salvador, las visitas de feligreses provenientes de distintos puntos del país, incluso de la región centroamericana llegan hasta la Basílica o La Ceiba, templo ubicado en los límites de los municipios de San Salvador, Antiguo Cuscatlán y Santa Tecla.
El templo data de mediados del siglo pasado, y es hoy en día el centro de veneración de la Virgen morena más importante del país. Desde los primeros días de diciembre las visitas al lugar son numerosas, incrementan en la víspera del 12 de diciembre, fecha en la cual se lleva a cabo la tradicional misa solemne, durante estos días miles de personas acuden para rendir tributo a la virgen.
En El Salvador, se dice que la tradición se mantiene vigente a partir de la llegada de la congregación religiosa de los Somasca, allá por el año 1921, y se dio a través del padre Antonio Brunetti, que de acuerdo a un registro de la iglesia salvadoreña: “Trajo la primera semilla de las obras de San Jerónimo Emiliani a suelo salvadoreño”.
San Jerónimo Emiliani es el fundador de la congregación de los Padres Somascos, se le conoció como el “guerrero” de María. Nació en Venecia, Italia, en el año 1486. Emiliani murió el 8 de febrero de 1537 en la aldea de Somasca. Y el Papa Pío XI lo proclamó como “Patrono Universal de los huérfanos y de la juventud abandonada”.
Con vestimentas indígenas –los hombres con trajes de manta, las mujeres con vestidos de revuelo- llegan hasta el templo. Las principales visitas las hacen personas de la tercera edad que vienen siguiendo la tradición de generación en generación junto a sus familias, y acuden con mucha fe, a pesar de cualquier obstáculo. Además los padres y madres llegan con sus pequeños hijos de diversas edades, con sus tradicionales y llamativas vestimentas, en agradecimiento a la virgen por los milagros recibidos, y bendiciones concedidas durante el año.
Largas filas bajo el sol o en medio de la noche a pesar del frío de la época, los feligreses esperan con paciencia el instante para venerar la réplica de la imagen que se encuentra al interior del pequeño templo color blanco, que en estos días queda inundado de católicos.
El mar de fe y devoción se incremente el día 12 de diciembre, fecha en la cual se llevan a cabo misas, oraciones, cantos, peregrinaciones dentro del atrio del templo católico, que en momentos no da abasto para albergar a la multitud.
Hoy la iglesia recuerda la fecha de la Virgen de Guadalupe. Hace unos años el Vaticano, además instauró la fecha del 9 de diciembre como día en honor a San Juan Diego. Las fechas son propicias para la celebración de la fe en familia.
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