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En un ambiente de oración y con gran fervor, cientos de feligreses participaron de las actividades religiosas de la Semana Santa, donde se recuerda los sufrimientos que Jesús padeció al ser clavado en la cruz, para la salvación de la humanidad, así como el día en que Cristo resucitó.
Con la procesión del Domingo de Resurrección y la solemne eucaristía, la Iglesia Católica, culminó las actividades dedicadas a la Semana Mayor e inicia el tiempo de Pascua, que finaliza con el día de Pentecostés.
El Domingo de Resurrección, es la principal fiesta donde se derrota el pecado y la muerte; es un día de fiesta y gozo porque Cristo, ha resucitado, ahora es momento de abrazar esa salvación testificando una verdadera vida cristiana.
El arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, instó a los fieles católicos a honrar el acto de sacrificio que Jesucristo, hizo por la humanidad, dejando de lado todo tipo de sentimientos, pasiones y ambiciones negativas y a obrar con “rectitud y nobleza de corazón”.
“Los cristianos estamos llamados a no estar atados por los intereses de este mundo, a hacer buen uso de las cosas de este mundo, para merecer las cosas que de verdad valen, las de la vida eterna, esta es la dicha nuestra, la alegría de un día llegar a la resurrección con Cristo”, manifestó el arzobispo.
Como un preámbulo a la victoria de Jesucristo, sobre la muerte mediante la resurrección, el Sábado Santo por la tarde se dio la bendición del fuego, donde el celebrante enciende el Cirio Pascual y es acompañado por la feligresía en procesión hacia el interior del templo, para iniciar la Vigilia Pascual, que es la celebración más importante, porque se conmemora el triunfo de Cristo sobre el mal.
La Vigilia Pascual, contiene tres actos importantes como son: la celebración del fuego, cuando el sacerdote enciende el Cirio Pascual; el canto del Pregón Pascual; y la liturgia de la palabra, donde se leen siete lecturas, desde la Creación hasta la Resurrección, siendo la lectura del libro del Éxodo la más importante, que narra el paso de los israelitas por el Mar Rojo cuando huían de las tropas egipcias, siendo así salvados por Dios.
Fervor Viernes Santo
La sexta calle oriente o calle de La Amargura, en el centro de San Salvador, fue abarrotada la mañana del Viernes Santo, por cientos de feligreses que con fervor y devoción, recordaron durante el rezo del Vía Crucis los momentos de la Pasión y Muerte de Jesús camino al Gólgota.
El sacerdote Narciso Bordignon, vicario de la iglesia El Calvario de San Salvador, señaló que el Viernes Santo, tiene un significado especial para los cristianos, pues se recuerda el momento en que Jesús, entregó su vida por la salvación de la humanidad, “Cristo es el emblema de todas las personas que sufren y tienen una vida sacrificada, él entregó su vida por ti, por mí y por cada uno de nosotros, para hacer visible el amor de Dios”, recalcó.
Durante la procesión del vía crucis, muchas personas recorrieron la calle de La Amargura con los pies descalzos, a gatas o hincados y con los ojos vendados, en penitencia por favores recibos de Dios o pidiendo algún milagro. Esta práctica se constituye en una de las tradiciones religiosas más antiguas, sin embargo, la iglesia no considera necesario hacer este tipo de sacrificios para obtener el perdón.
Foto Diario Co Latino/Ricardo Segura.
Luego de finalizar la meditación de las catorce estaciones del vía crucis, en el interior de la iglesia El Calvario, se recreó el momento de la crucifixión de Jesús, donde se reflexionó la prueba tan cruel y trágica, pero de mucho amor.
Posterior a los oficios litúrgicos del Viernes Santo, entre cánticos de penitencia y marchas fúnebres, la feligresía participó en horas de la tarde en la procesión del Santo Entierro, que recrea el texto bíblico cuando el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz y luego colocado en el sepulcro.
Este cortejo procesional es acompañado por la imagen de la Virgen María, San Juan, María Magdalena, Verónica y las santas mujeres, quienes visten de negro en señal de luto por la muerte del Redentor.
Una de las tradiciones que continua vigente para el Viernes Santo, es la elaboración de alfombras, ya sea con aserrín o sal teñida de diferentes colores, flores, frutas y diversos materiales, plasman en las calles mensajes religiosos alusivos a la pasión y muerte de Jesús.
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